Breve ensayo
sobre el sexo anal heterosexual, a modo de aperitivo…
Hace años en un taller de
fantasías eróticas escuché a una mujer decir que su mayor fantasía era poder
darle por el culo a su hombre (ahora se llama pegging). Todos nos quedamos un
poco perplejos, pero en el debate que ello generó aprendí mucho.
Ya había descubierto que había zonas erógenas, muy
sensibles a ciertos toques que, generalmente, no se asignaban a los hombres:
pezones, laterales del torso, ano, zona perineal… Indagué y curioseé
descubriendo zonas de placer que nunca había imaginado, orgasmos distintos y
mucho más satisfactorios y distintas formas de jugar con el cuerpo y de darle
placer, que compartiría con algunas personas en talleres de sexualidad. Busqué
en los sex-shops de Internet y encontré distintos y divertidos juguetes para
educar en el placer a esta digna parte de nuestro cuerpo. Busqué respuestas a
mis dudas y vi que estas sensaciones, la mayoría de hombres, las querían ignorar
porque las relacionaban con la homosexualidad gay y por ello habían entrado en
la zona de tabú, de desviación, perversión, pecado, sucio, contagioso,… y no sé
cuantas tonterías más. Nada mejor que una mente abierta, una buena higiene (por
fuera y por dentro) y, si es necesario, el uso de las precauciones de todos
conocidas para alejar estos fantasmas.
Años más tarde en un curso superior de sanación sexual
tántrica, descubrí otros poderes de esta parte tan sensible de nuestro cuerpo.
Lástima que nuestra cultura nos ha hecho ver los placeres de nuestro culo como
algo prohibido, muy poco masculino, de hecho muchas mujeres se lamentan del
fracaso de haber intentado satisfacer a sus hombres de esta forma y haber
obtenido un rechazo fulminante como respuesta.
Nuestros pezones, nuestro ano, nuestro cuerpo pueden ser
tan sensibles como los de una mujer y proporcionarnos – proporcionarles nuevas
y fantásticas variantes y juegos que pueden llevarnos a momentos maravillosos de
pareja y a orgasmos inimaginables.
Si a muchos de nosotros nos gusta hacerle el sexo anal a
nuestra pareja femenina y, los más sensibles, sabiendo que éste existe, buscamos
la forma de darles placer, ¿por qué no pensamos al revés y nos damos la
oportunidad de pensar en nosotros mismos y amarnos?
En el interior de nuestro ano,
a pocos centímetros hay un pequeño promontorio que es la glándula prostática,
está en la parte inferior del recto (a unos 5 cm.), entre los testículos y el
ano. Si esta zona estimulada por fuera ya nos produce sensaciones maravillosas
e incluso orgasmos, imaginaros lo que nos puede hacer sentir, cuando relajados
y abiertos a las nuevas sensaciones, es estimulada por dentro (con los dedos,
con un juguete anal, con un arnés,… bien lubricados).
Las posibilidades que se abren son muchas, porque nuestro
ano es muy sensible y tiene muchísimas terminaciones nerviosas, estimuladas
desde fuera dan mucho placer. Las mujeres nunca piensan que esta variante sea poco
masculina, en realidad se trata de una zona de placer apta para todos los
hombres que deseen explorarla y gozarla.
Aunque podemos explorarla nosotros solos, lo ideal es que
la pareja pueda estimularnos esta zona (siembre limpia y lubricada) con los
dedos, con la lengua (beso negro), con un juguete erótico adecuado o con lo que
la imaginación nos depare.
Si se estimula la próstata por dentro, mientras nuestro
pene u otra parte sensible de nuestro cuerpo es estimulada adecuadamente, las
sensaciones se potenciarán hasta cimas desconocidas. La correcta estimulación
de esta zona, dentro del ritual y la técnica tántrica, puede sanar nuestra
sexualidad eliminando viejos patrones negativos, decepciones, traumas,
desengaños, abusos, … incluso ocultos a nuestro consciente.
Si en lugar de orientar el
dedo u objeto sexual hacia la próstata, lo orientamos hacia la base de la
columna vertebral (coxis) y con adecuadas caricias en la espalda estaremos
estimulando nuestra Kundalini (orgasmo tántrico).
Lo cierto es que hay todo un mundo de sensaciones tanto
físicas, como emocionales e incluso espirituales, por descubrir sobre este
tema, para los novatos os recomiendo busquéis en Internet la palabra “pegging” o
también “punto G masculino”.
Como ejemplo de nuestros miedos ahí tenéis esta frase que
está sacada de una de las muchas páginas dirigidas a mujeres y que hablan de
este tema:
“Muchos hombres no se atreven a
explorar esta posibilidad, pero los que lo hicieron dicen que vale la pena”
Como hombre enamorado del femenino, os invito a probar
estas nuevas sensaciones, estos nuevos placeres y orgasmos con vuestras
parejas, podéis hacerlo añadiéndole sal y pimienta (en plan mujer domina al
hombre), ser dominado en un momento de descanso y placer puede ser un gustazo, en
plan aventura (juego de rol), en plan tántrico (velas, incienso, música,…), en
plan salvaje, con imaginación,…
Que esta nueva experiencia, si la deseáis, os sea muy gratificante.
Ignasi Tebé
Escritor, facilitador de talleres y cursos, terapeuta sexual y colaborador de SexAcademy Barcelona.
Escritor, facilitador de talleres y cursos, terapeuta sexual y colaborador de SexAcademy Barcelona.
Hola!
ResponderEliminarYa veo que este esta mas argumentado.
Nosotros somos más explicitos xD pero este esta muy bien descrito,felicidades por tu blog :)
http://invasionenlacama.blogspot.com.es/
Me gusta que seáis más explícitos, a mi me va más lo emocional y sentido, pero se complementan muy bién. Podéis colgar vuestros artículos en mi círculo: Amor y sexo sin límites.
EliminarYo como latina que soy tristemente decirle a un hombre que le quieres estimular el culo la respuesta es NOOOOO pero como le gusta bregar con nuestro culo es una pena... También el hecho de hacer un trío con dos hombres y una mujer eso los mata. Espero conseguir a un hombre que me complazca en todo y yo complacerlo a él...
ResponderEliminarPronto voy a escribir un artículo sobre el trío que mencionas. El hombre debe de estar muy seguro de sí mismo para aceptar que su mujer le de por detrás o para que otro hombre se folle a su mujer delante suyo. Esto solo se hace por vicio o porque hay mucho amor y ganas de vivir un mundo de ilusión, fantasías y placer, con tu pareja. Búscalo desde el compartir con él, no sólo desde el experimentar. Éxito.
EliminarQue pena por ti seguramente cuando te encuentres un hombre com yo lo disfrutaras a placer, yo le permito a mi compañera que juegue con mi culo como ella quiera lo que disfrutamos no tiene precio un abrazo
EliminarTodo el cuerpo es una fuente inagotable de placeres y nuestro culo también, sin prejuicios de sexo y dejando de lado la homosexualidad. Si yo hombre gozo dando por el culo a mi mujer y a ella le gusta; ella, mujer puede gozar dándome a mi también y yo gozándolo.
EliminarNo gracias!... elijo el "prejuicio"... la cocaína también ofrece sensaciones muy placenteras y aún así también renuncio a ella
ResponderEliminarEstás en tu perfecto derecho
EliminarPara aquellos hombres que por su pudor o falsa hombría no permiten que sus compañeras jueguen con vuestro culo no saben del éxtasis del que se están perdiendo, no soy homosexual pero me encanta cuando mi compañera me estimula el ano, no conocía del punto G del hombre pero hoy que he leído al respecto lo pondré en practica , mañana seguramente les daré a conocer mi experiencia .....
ResponderEliminarEs bueno que los que lo hemos probado y somos muy hétero, lo digamos, para animar a otroa hombres y mujeres a probarlo. El punto P masculino (de próstata) es fácil de localizar y masajearlo con los dedos o con algún juguete (o arnés), puede llevarnos a orgasmos increíbles. Ya nos contarás.
EliminarBueno como lo comente anteriormente , después de leer sobre el punto P lo he puesto en practica con mi compañera, lo vivido es una experiencia que ningún hombre debiera perderce si gustas del sexo sin tabu te invito a que lo practiques ...RECUERDA QUE ESTAS EN INTIMIDAD CON TU PAREJA..da rienda suelta a tus impulsos........GRACIAS RICARDO....
EliminarGRACIAS POR COMPARTIR TU EXPERIENCIA!!!
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