miércoles, 23 de marzo de 2016

CÓMO LLEGAR DE MUJER A DIOSA, el camino del Tantra

  • Este artículo fue publicado el 8 de marzo en el blog de SexAcademy Barcelona para todas las mujeres de este planeta con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En el camino del Tantra, la energía Yin, el Gran Femenino, es la base de toda la creación; de hecho, en la actualidad, y observando todo lo vivido hasta ahora, si la mujer auténtica fuera más honrada por el masculino y pudiera mostrarse, sin miedos, como la Mujer-Diosa que es… otro gallo nos cantaría.

El poder femenino fue usurpado ya desde la antigüedad pues las mujeres ostentaban el poder en los templos, en las familias, en la sanación… su contacto con la naturaleza, su propia feminidad las hizo poderosas, y esto fue realmente temido por el patriarcado que empezaba a imperar.

Así pasó de ser una mujer cuidadora, amante, sensual… muy polarizada en su femenino, al lado de un hombre protector, seguro, con un gran sentido de la orientación... a vivir de modo más sumiso bajo el temor del “macho” dominante que se fue embruteciendo llegando al maltrato... Poco a poco esta mujer empezó a luchar por recuperar su poder… y con ello llegó el feminismo, la lucha por igualarse, ser vista, escuchada, respetada…

La búsqueda de su femenino “olvidado”  en equilibrio con su masculino interior.

Tras esta lucha por la supervivencia diaria de los últimos años, la mujer evolucionada de hoy está despertando a su feminidad auténtica (intuición, creatividad, sensualidad, sexualidad…), casi olvidada por su necesidad de ser fuerte, reconectando de nuevo con su más pura esencia. Asimismo, en el anhelo de este equilibrio interior, empieza a reconocer, honrar su propia energía masculina (seguridad, protección, coraje, pasión…) a la que incluso rechazó por creer que la alejaba de ser ella misma.

Sincronicidad con la luna y sus arquetipos

En esa búsqueda de su femenino, la mujer que anhela este reencuentro con la Mujer-Diosa empieza a sentir cada vez más su complicidad con la Luna, el ciclo menstrual, sus distintas fases e incluso algunos de los arquetipos básicos por los que danza el femenino: la Madre, la Hechicera, la Amante y la Guerrera.

Conectada con la Tierra y el Cielo
 
Esta mujer es consciente de la energía femenina que hay en la Tierra y por ello se arraiga en ella, pero también ha reconocido la energía masculina del Sol y del Universo y por ello la busca. Su anhelo es fusionar su parte Tierra (sexo) con su parte Cielo (alma) en la Comunión sexual, haciendo el amor en toda su magnitud.

Consciencia de su propia sexualidad

Ella está descubriendo que la Sexualidad le aporta placer, salud y energía, que sus orgasmos pueden ser mucho más intensos de lo que jamás le explicaron, que los hay de todos los tipos y que gozando de una buena sexualidad está más cerca de sí misma, de sus ilusiones y de su alma.

Confianza, libertad y seguridad en sí misma

Esta mujer. en su camino a Mujer-Diosa al reconocer su potencial y confiar en su propia energía femenina y masculina, está aprendiendo a confiar en sí misma y, por lo tanto, está abriéndose a volver a confiar en el Hombre Nuevo, un hombre con una masculinidad genuina y auténtica, seguro, capaz, y a su vez en equilibrio con su lado femenino dulce y seductor. Su vida empieza a verse envuelta en la Libertad total, si está con alguien es porque lo desea, no porque lo teme o porque lo necesita.

Uniendo el sexo y el alma, pasando por el corazón

Con esta nueva forma de vivir, la mujer sabe que sus emociones, su corazón son importantes y jamás volverá a renunciar a ellas para hacerse la fuerte o a caer en algunas y ser una mujer débil. Su sexo y su alma están unidos por el corazón y esto la hace una Mujer Completa.

Esta Mujer es lo que en el Tantra llamamos Shakti (mujer-diosa) y cada vez hay y seguirán habiendo más mujeres que logren este nivel de Consciencia, un nivel que nos permite crecer y evolucionar juntos comunicándonos, confiando, dejando muy clara la relación y los valores como persona y como pareja, viviendo intensamente el presente e incluyendo en él, todos los placeres de la vida, incluido el sexo.

Por Ignasi Tebé, maestro de Tantra y colaborador de Sex Academy Barcelona

lunes, 7 de marzo de 2016

LA AUTÉNTICA SEXUALIDAD, SALVAJE Y A LA VEZ DIVINA

Àurea, mi pareja, nos ha regalado este artículo con motivo del Día Internacional de la Mujer. Yo lo disfruté mucho, espero que todos vosotros, mis queridos lectoras y lectores, también.

Femenino y Masculino que se reconocen, que se reconcilian, que se miran hasta lo más hondo de su alma, conscientes de haber estado tanto tiempo separados quien sabe porqué, y deciden dar juntos un Sí a vivir este momento, a disfrutar, a ser felices, a sentirse, a tocarse, a flotar, a ser hombres-dioses y mujeres-diosas.

Cuerpos que se miran, el uno frente del otro, como espejos, contemplando su belleza con los ojos llenos de lágrimas ... almas que se reencuentran, por unos momentos, que pueden ser llegar a ser eternos; miradas que se reconocen, de quien sabe cuando... respiraciones que se sincronizan, alientos entrecruzados, alas al viento, pieles que susurran dulces sensaciones, palabras salidas de no se sabe dónde, cuerpos erizados, olas de sentimientos y de pasiones que rompen el silencio de aire, hasta casi poder paladearse.

Palmas de dos manos que se acoplan y juegan la una con la otra, dulce, y fuertemente... con calma y ternura, y bravura y pasión a la vez... respiraciones que se fusionan, corazones que laten al unísono, momentos de intimidad se diría que salidos de la misma alma del universo... es aquí y ahora, sin tiempo ni espacio, destellos de luz y de cielo que se respiran y se solapan con los ruidos los cuerpos frotándose, deseándonos cada vez más, como si nos fuera la vida en ello, como si todo dependiera de este momento.

Besos enloquecidos, sin medida, sin límites, labios que se unen, lenguas que se devoran, dentro de una espiral de música y fuego que parecería que pudiera acabar con toda la miseria de la tierra. Dedos que acarician, portadores de los anhelos del alma, manos que aprietan, uñas que arañan, mordiscos sagrados que nos recuerdan lo ancestral y salvaje que somos en realidad. Y, poco a poco, va subiendo la temperatura, todo se difumina, el deseo y la pasión siembran una estela cada vez más visible, entre un mar de sensaciones calientes.

Y comienza la danza enloquecida, la danza anhelada entre la tierra y el cielo, entre lo femenino y lo masculino; la danza a cuatro, mi gran femenino sustentado por mi polaridad masculina, su masculino genuino y el más tierno femenino de su corazón, como frenéticos, jugando, amándose, dejándose volar hasta los confines de la misma aura, o incluso más allá ... un femenino deseando ser llenado por el masculino universal, como si de un receptáculo mágico de plata se tratara, entre vaivenes y suspiros ... el anhelo de la mujer de ser poseída por el "Macho" en mayúsculas, el masculino que busca el templo sagrado femenino para llenarlo con su luz ... lingam y yoni en comunión, dos almas, dos cuerpos sin control, llevados por la pasión más terrenal y el anhelo más divino, la magia de lo sagrado y lo prohibido, de lo más puro y lo más carnal.


Cuerpos sudorosos  dejándose llevar por el aquí y el ahora, sin corazas, sin tabús, sin barreras ni límites, guiados por los corazones, por la sangre que circula por las venas, por la energía sexual más primitiva y la más elevada. Lágrimas espontáneas de ojos de adultos y risas de corazones de niños, acompañados de gemidos, el éxtasis más divino, tocando el cielo, llenándose del placer más puro, sintiendo su expansión por todas partes, por cada célula de este cuerpo de mujer, de este cuerpo de hombre, y con la máxima conciencia de una Diosa y de un Dios haciendo el amor, hasta tocar las estrellas con cada uno de nuestros órganos, con cada trozo de nuestro cuerpo, con nuestras auras fusionadas... anhelos y clímax alcanzados, espacios sacralizados, intimidad máxima, salvaje y a la vez divina, pasión y ternura, tierra y cielo ...

Esto es para mí la Auténtica Sexualidad.

Àurea Poch Riera