Àurea, mi pareja, nos ha regalado este
artículo con motivo del Día Internacional de la Mujer. Yo lo disfruté mucho,
espero que todos vosotros, mis queridos lectoras y lectores, también.
Femenino y Masculino que se reconocen, que se reconcilian, que se miran hasta lo más hondo de su alma, conscientes de haber estado tanto tiempo separados quien sabe porqué, y deciden dar juntos un Sí a vivir este momento, a disfrutar, a ser felices, a sentirse, a tocarse, a flotar, a ser hombres-dioses y mujeres-diosas.
Cuerpos que se miran, el uno frente del otro, como espejos, contemplando su belleza con los ojos llenos de lágrimas ... almas que se reencuentran, por unos momentos, que pueden ser llegar a ser eternos; miradas que se reconocen, de quien sabe cuando... respiraciones que se sincronizan, alientos entrecruzados, alas al viento, pieles que susurran dulces sensaciones, palabras salidas de no se sabe dónde, cuerpos erizados, olas de sentimientos y de pasiones que rompen el silencio de aire, hasta casi poder paladearse.
Palmas de dos manos que se acoplan y juegan la una con la otra, dulce, y fuertemente... con calma y ternura, y bravura y pasión a la vez... respiraciones que se fusionan, corazones que laten al unísono, momentos de intimidad se diría que salidos de la misma alma del universo... es aquí y ahora, sin tiempo ni espacio, destellos de luz y de cielo que se respiran y se solapan con los ruidos los cuerpos frotándose, deseándonos cada vez más, como si nos fuera la vida en ello, como si todo dependiera de este momento.
Y comienza la danza enloquecida, la danza anhelada entre la tierra y el
cielo, entre lo femenino y lo masculino; la danza a cuatro, mi gran femenino sustentado
por mi polaridad masculina, su masculino genuino y el más tierno femenino de su
corazón, como frenéticos, jugando, amándose, dejándose volar hasta los confines
de la misma aura, o incluso más allá ... un femenino deseando ser llenado por
el masculino universal, como si de un receptáculo mágico de plata se tratara,
entre vaivenes y suspiros ... el anhelo de la mujer de ser poseída por el "Macho" en mayúsculas, el masculino que busca el templo sagrado femenino para llenarlo
con su luz ... lingam y yoni en comunión, dos almas, dos cuerpos sin control,
llevados por la pasión más terrenal y el anhelo más divino, la magia de lo
sagrado y lo prohibido, de lo más puro y lo más carnal.
Cuerpos sudorosos dejándose llevar por el aquí y el ahora, sin
corazas, sin tabús, sin barreras ni límites, guiados por los corazones, por la
sangre que circula por las venas, por la energía sexual más primitiva y la más
elevada. Lágrimas espontáneas de ojos de adultos y risas de corazones de niños,
acompañados de gemidos, el éxtasis más divino, tocando el cielo, llenándose del
placer más puro, sintiendo su expansión por todas partes, por cada célula de
este cuerpo de mujer, de este cuerpo de hombre, y con la máxima conciencia de
una Diosa y de un Dios haciendo el amor, hasta tocar las estrellas con cada uno
de nuestros órganos, con cada trozo de nuestro cuerpo, con nuestras auras
fusionadas... anhelos y clímax alcanzados, espacios sacralizados, intimidad
máxima, salvaje y a la vez divina, pasión y ternura, tierra y cielo ...
Esto es para mí la Auténtica Sexualidad.
Àurea Poch Riera
maravilloso!!!! Gracias por escribir
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo, es un placer poder compartir la maravilla y la magia de la unión verdadera entre el femenino y el masculino.
Eliminar¡¡Precioso!! Un verdadero regalo disfrutar de esta sexualidad que une el cielo y la tierra.
ResponderEliminarQue bella la magia del femenino y el masculino bailando al son de la danza de la sexualidad sagrada. Gracias por compartir, Emma.
Eliminarwoooow nivel Dios!!!
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