jueves, 14 de junio de 2012

Me gusta vivir

En pleno siglo XXI, con miles de conflictos pendientes de resolver: caída del sistema, guerras, epidemias, enfermedades, hambre, pobreza, crisis, fanatismos de todo tipo, petróleo, nucleares, contaminación, calentamiento del planeta, especies en extinción y un larguísimo etcétera, hablar de la “alegría de vivir” puede sonar como mínimo a locura.

A lo largo de mis años he ido descubriendo que un exceso de cordura no es nada saludable, el punto de locura adecuado puede ser no sólo estimulante, sino que puede hacernos avanzar por senderos menos concurridos y descubrir aspectos novedosos en nuestra existencia.

La vida, como tal, puede ser considerada de muchos modos, de forma fatalista:

Algo inevitable
Qué remedio, toca vivirla
Qué fastidio
Valle de lágrimas
Trabajo y sudor
Dolor y enfermedades…

O también podemos contemplarla de otras formas más positivas:

Una gran experiencia
La gran oportunidad
Una hermosa forma de aprender
La aventura más maravillosa
Un camino hacia…

Para un verdadero buscador, alguien curioso que no cesa de hacerse preguntas sobre sí mismo y todo lo que le rodea, vivir es una oportunidad genial para aprender, para crecer, para evolucionar y para crear y construir a partir de nuestra experiencia y la de nuestros ancestros, un mundo nuevo donde el goce y la alegría sean nuestra vida.

Si nos adentramos un poco en nuestro interior, la razón de la vida adquiere una nueva dimensión: Vivir es una gran oportunidad para poder evolucionar hacia nuestra consciencia y desde ella ir avanzando hacia el origen de nuestra razón de ser.

El Hombre (Adán – Eva) decide desde la libertad y desde este plano tridimensional, un camino físico (cuerpo – mente – alma) desde donde redescubrir todas y cada una de las cualidades de la divinidad de donde procede, desde la dualidad, desde los opuestos, desde las grandes leyes primordiales, para después de reintegrarlas en su ser consciente, iniciar el camino de regreso hacia su origen esencial.

Este camino de ida y vuelta es la propia vida, o las múltiples vidas según muchos, pero esencialmente es un andar paso a paso hacia la Luz de donde procedemos.

Evidentemente este camino no siempre es agradable y fácil, tiene contratiempos puestos (inconscientemente) por nosotros mismos, a fin de aprender de verdad de todos ellos. De todos es conocido que aprendemos más de los fracasos y dificultades que de los éxitos. Enfermedades, muerte de seres queridos, contratiempos económicos, errores personales, separaciones matrimoniales, roturas sociales, accidentes, pérdidas, etc., no las veamos como un fin (mal de muchos) sino como un medio del que podemos aprender; si algo estoy aprendiendo últimamente es a saber prescindir de estos “males” sin dejar de avanzar, éste es el objetivo que quiero transmitir en este artículo.

Para avanzar en el sendero de la vida, ya no es necesario el sufrimiento, los tiempos están cambiando, unos hablan de nueva era, otros de este año 2012, otros preferimos seguir avanzando cada día en este camino, lo cierto es que empiezan a haber muchas personas que desde la alegría, desde la felicidad, desde el amor, la prosperidad, la salud, están avanzando y muy deprisa por cierto.

Para aceptar el reto de que “la Vida es alegre”, hay que cambiar muchos viejos paradigmas, hay que afrontar nuevas creencias, hay que ser atrevido, valiente y saltar a una nueva forma de ver, sentir y vivir la propia existencia.

Si Soy, siento, vivo y actúo de forma saludable, atraeré la Salud hacia mi, las enfermedades importantes no existirán para mi, solo sufriré pequeños desarreglos relacionados con desajustes personales míos, de los que aprenderé y que corregiré.

Si Soy, siento, vivo y actúo de forma abundante y generosa, la prosperidad, la riqueza, el dinero se sentirán atraídos hacia mí.

Si vivo y siento como el dios que soy, seré feliz y la vida será alegre para mi.

Ponerse en la vibración adecuada, sentir la sonrisa de las estrellas, aspirar el aroma del campo, amar a los compañeros del autobús, saludar a los vecinos, dar gracias al camarero, ayudar a cruzar la calle, cantar bajo la lluvia o gozar con nuestra pareja,... nos empezará a dar el toque esencial para poder empezar a hacer de vuestra vida, todo un disfrute, para empezar a sentir de verdad, la “alegría de vivir”

Ignasi

sábado, 7 de abril de 2012

Deseo de mujer


Lectura apta para algunos hombres,…

Hacía días que todo lo que tocaba parecía complicarse, en mi trabajo los problemas se sucedían y cada vez se liaban más, estaba quedando mal con mi amiga Gemma que ya me había llamado tres veces para salir a comer las dos, mi marido llevaba días de mal humor por verme con la libido por los suelos, con lo que le gusta hacer el amor y además mi hija estaba reclamando más atención de mi parte.

Me sentía mala madre, pésima esposa, ejecutiva fracasada y además, fatal con mis amigas y no digamos con mis padres. Un desastre de mujer.

Estos días me siento fea y gorda, con tanto estrés, he comido más de lo debido y no me gusto, estoy rabiosa conmigo misma y con el mundo, me gustaría desaparecer del planeta,… además esta noche, mi marido está intentando hacer méritos para cambiarme el ánimo y así, follarme,… estoy que trino,… si no sabe comprenderme que se joda y se haga una paja.

La cena familiar transcurre con una aparente calma, procuro interesarme por las cosas de mi hija para despistarme y no mostrar toda la rabia y desespero que siento, él me toca un par de veces la pierna por debajo de la mesa y yo se la rechazo, creo que con delicadeza, no estoy muy segura, no quiero montar numeritos en familia delante de mi hija,… huyo de él, me encierro con la niña, hablamos,… la ropa de mañana, los trabajos del colegio,… nos damos un beso y a dormir.

Él hace un rato que me está esperando en la cama, está despierto con una sonrisa y mirando sensualmente cómo me desnudo, reconozco que me encanta que me mire de esta forma, es de los pocos momentos en que me siento mujer, pero no estoy por la labor, siento frustración y no me siento mujer para darme a un hombre y hacer sexo o amor, qué más da.

Me siento en la cama, casi vestida, marcando límites y con cara de pocos amigos, él me pregunta con su cálida voz, ¿qué te ocurre cariño? ¿Porqué el muy cabronazo me habrá hecho esta pregunta, si ya sabe la respuesta? estoy harta de todo, incluso de mi misma y también de él y sus zalamerías. Exploto, me pongo más rabiosa, cierro la puerta y chillo, me levanto, lloro, vomito todo el mal que llevo dentro, maldigo el mundo y a él por no comprenderme,…

Él calla y escucha, me mira, serio pero sin temor, pacíficamente, asiente y no habla, siento que me hace bien expresar mi emoción hasta el tope, hace una pequeña intervención, creo que para provocarme y vuelvo a saltar, me aparto, me cierro en el lavabo, vuelvo a llorar y al rato lo veo con la puerta abierta mirándome con dulzura y diciéndome: te comprendo, lo siento, te amo, ven… tengo ganas de abrazarte,…

Me rindo y me dejo proteger por él, es bueno y sé que me quiere, en realidad pienso que hay pocos hombres capaces de aguantar semejante ataque, pero aunque me gusta sentir sus brazos, sus caricias en la cara y su silencio, sé que estoy sin pizca de ganas de nada más. Menos mal que parece que lo entiende.

Su calor y su aroma me calman, me relajan, me hacen suspirar y él responde con una caricia más suave, con un beso, en la frente o en los ojos, siguen cayendo lágrimas, pequeños sollozos, suspiros,… me siento acurrucada y agradezco esta presencia suya que me ofrece sin pedir nada, sin inmiscuirse en mi drama personal, respetando mi libertad.

Sus caricias, su respiración, su paz me estremecen, me hacen sentir mujer, poco a poco, otra vez. Empiezo a sentir un ligero cosquilleo en mi sexo y el muy jodido parece que lo huele, porque sus caricias sin dejar de ser suaves se atreven a pasear por otras zonas de placer que él sabe despertar. Cosquilleo, sensaciones, su energía, humedad, calentura, empiezo a desear su cuerpo al completo, siento la necesidad de volver a sentirme mujer, libre y rendida a la vez con el hombre que me desea y al que, cada segundo, deseo más.

Siento, por las más comedidas, que el tono de este relato suba,... pero necesito compartir con vosotras el deseo creciente que sentía de sentirme poseída por su cuerpo, por su sexo, por su abrazo, su calor y en especial por esto tan especial que sabe darme cuando me posee,… hacerme temblar de amor, sintiendo su sexo vibrar en mi corazón y su semen derramarse en mi alma haciéndome sentir diosa y fundirme con él hasta hacerme danzar en la luz, el color y la música,…. sintiéndome mujer, diosa,...

Es increíble que un hombre pueda hacerme llegar a sentir, desde el profundo dolor en el que estaba, todo esto,... por esto a veces lo considero un dios igual que él a veces me considera una diosa,...

... gracias amigas por dejármelo contar.

Como podéis ver estoy trabajando mi lado femenino, prometo seguir intentándolo y compartir más pillerías como ésta,

Ignasi

jueves, 1 de marzo de 2012

Si no follas, no conduzcas


En estos tiempos revueltos de crisis de todos los tipos, de cambios climáticos, de alineaciones planetarias, de saltos cuánticos, aprendizajes de todo tipo y, … ascensiones a nuevas dimensiones, la mayoría de los humanos andamos medio chalados, hemos perdido el rumbo, no sabemos hacia donde ir, los valores y creencias que teníamos están dejando de tener valor y sobre todo estamos perdiendo la ilusión, las ganas de vivir y también las ganas de jugar.

Nos dijeron hace tiempo que debíamos cuidar a nuestro niñ@ interior, ya que en él está todo el propósito y sabiduría que necesitamos para vivir con sentido; pero el niño tiene ganas de jugar y nosotros los adultos, nos hemos vuelto tan serios que, no tenemos tiempo para hacerlo y, las ganas de reír, casi las hemos olvidado.

La tristeza, el desánimo, la depresión, el estrés, la falta de creatividad,… han alejado nuestras ilusiones, hemos olvidado la creatividad y especialmente hemos olvidado las ganas de vivir la vida, de disfrutar de ella, de ser felices,…es más, hemos elaborado un nuevo programa en el que la felicidad es sinónimo de imposible y donde el sufrimiento empieza a ser considerado como algo normal e inherente al ser humano. ¡¡¡ Dios, dónde estamos !!!

Frente a este panorama todos vamos tensos, casi no nos saludamos, no escuchamos, nos cabreamos y lo peor de todo no nos vemos, ni queremos ver, por miedo, lo que nos rodea y vamos casi ciegos por la vida…. ¿creéis que con esta escasa visión de la vida, nos dejarían conducir por ella?: somos un peligro social porque podemos asustar, chocar, atropellar o dañar a muchas de las personas que están a nuestro alrededor. Con esta actitud de resignación, fatalismo aceptado, culpabilidad o karma mal entendido, no podemos llegar muy lejos.

Hay otra forma de tomarse la vida, más alegre, más divertida y cómo no, más profunda y seria si cabe. Tenemos un cuerpo para vivir, para aprender a ser, sentir, percibir, gozar, reír, expresar nuestro amor y… como no gozar de un buen sexo y follar.

Las personas que aman y son amadas, los seres que intercambian amor, hormonas, microbios, fluidos y emociones, las personas que practican el sexo de forma hermosa y responsable, son mucho más sanas, gozan de un humor excelente, son más creativas, perspicaces y son especialmente felices, a veces incomprensiblemente felices a los ojos de muchos profanos.

¿Qué ocurre con la sexualidad?: que por un extremo u otro la hemos sacado de contexto, la hemos distorsionado y castrado tanto que o la consideramos pecado o la situamos en la cima de nuestros más elevados deseos.

La sexualidad bien entendida es inherente a los humanos, desde nuestro nacimiento, la sensualidad se manifiesta ya en los recién nacidos: baño, masaje, caricias, lactancia,…. y genera hormonas saludables que nos hacen optimistas y vitales, la sexualidad crece con nosotros y sólo empieza a distorsionarse cuando desde la niñez se dan respuestas ambiguas o incluso erróneas a las preguntas más bellas y esenciales. Cuando llegamos a la adolescencia y con ella al despertar de las hormonas, la sexualidad se vuelve explosiva y necesita respuestas muy concretas. Los adultos la hemos redimensionado, algunos volviéndose obsesos (especialmente los hombres) o abandonándola progresivamente (a partir de los 40) para dejarla como algo que sólo hay que hacer de vez en cuando.

El sexo puede ser tan humano y salvaje como se quiera y tan divino y sagrado como nos dé la gana. Nuestros genitales y sexo están situados en la base de nuestro cuerpo, en conexión con la tierra y relacionados con nuestros dos primeros xacras, justo donde el Yoga nos dice que está dormida la gran energía Kundalini, la que al despertarse eleva nuestra Consciencia en forma de orgasmo casi cósmico y nos lleva a sentirnos Uno con el Todo.

Hay algunos textos que hacen mención a la sexualidad como “el gran regalo de los dioses”, podéis ver uno muy hermoso que es un extracto del libro digital “Mensajeros del Alba y cada vez hay más personas, movimientos, corrientes, que consideran la sexualidad como el medio ideal para alcanzar niveles de consciencia superiores sin olvidar, lo sana, divertida y placentera que es.

Imaginaros un mundo donde las personas de todas las edades, sexos y condiciones hicieran el amor con sus propios cuerpos y a partir de cierta edad lo compartieran con las personas que eligieran, un mundo donde tocarse, masturbarse, producirse placer no fuera malo ni pecaminoso o peligroso, un mundo donde la sexualidad fuera mucho más que follar o echar un polvo, un mundo donde la creatividad, la alegría, diversión, placer, y todos los atributos que queráis del buen sexo pudiéramos compartirlos, sin tabúes ni barreras, ni miedos con los seres que amamos, un mundo donde “follar” fuera divino.

En este mundo las personas serian felices, estarían mucho más sanas, los problemas se resolverían de forma más fácil y creativa, la gente sonreiría y se saludaría, dejaríamos sentarse y escucharíamos a los ancianitos y jugaríamos con los niños,… sería un mundo muy superior al que estamos viviendo y circular por él sería un placer.

Bienvenidos a la Magia del Sexo.

Ignasi

viernes, 10 de febrero de 2012

Pedir perdón



Todo comenzó en Hawaii hace muchos años como una práctica para solucionar conflictos y problemas vecinales mediante el perdón y la reconciliación.
Morrnah Nalamaku Simeona, una mujer sabia, se dio cuenta que en la edad moderna esta práctica debería hacerse de manera individual en lugar de en grupo, que de esa forma tenía un mayor potencial.
Ella lo llamó “auto identidad a través de Ho’oponopono” y creó una Fundación para enseñar al mundo esta práctica.
Más información aquí: http://hoponopono.net/

Con todo mi cariño os ofrezco estas plegarias que he construido con este ancestral método, deseando que os sean de utilidad.

Y esta vez,... en catalán

Ho’ oponopono
Per Homes:

Si jo, ....., com a home que soc, junt amb la resta d’homes de tots els temps, estic fent ús indegut de la meva força, de la meva autoritat, de la meva direcció, de la meva masculinitat i això em transforma en un dominador, com hem estat la majoria d’homes durant milers i milers d’anys, o si, al contrari, davant d’una dona tinc por, em sento culpable, perdo els meus valors i deixo de complir la meva missió com a home, et dic: HO SENTO, PERDONA’M, T’ESTIMO, GRÀCIES

Per Dones:

Si jo, ...., com a dona que sóc, junt amb la resta de dones des del inici del temps, he deixat d’estimar-me, de valorar-me, d’acceptar i honrar el meu cos o la meva personalitat, si he deixat de ser femenina, sensual i apassionada, juganera, intuïtiva, receptiva, vulnerable i autèntica, i he tingut por de ser maltractada per l’home.
O si no he estat una bona filla, he jutjat als meus pares i no els he honrat, i per tant, no sempre he sabut ser una bona mare.
O si, per altra banda, he malentès el meu poder personal i n’he fet mal ús, dominant i manipulant l’home o si m’he sentit rival de les altres dones, HO SENTO, PERDONA’M, T’ESTIMO, GRÀCIES

Per Parelles:

Si jo .... i la meva parella ...., els nostres fills i les seves parelles, pares, avis, besavis, rebesavis i totes les parelles que hem tingut al llarg de la nostra existència i en reencarnacions passades i totes les parelles que hem conegut i les que no hem conegut.
Si totes les parelles des de Adam i Eva fins avui no ens hem comprès, ens hem fet mal, ens hem odiat, no ens hem estimat, no hem sabut transmetre lo bo als demés, no hem sabut escoltar a altres parelles que ens indicaven el camí com Isis i Osiris, Shiva i Shakti o Jesús i Mª de Magdala. HO SENTIM, PERDONAN ‘S, T’ ESTIMEM I ET DONEM GRÀCIES  per tot el que hem après i estem aprenent del nostre Amor.

Per Famílies:

Si nosaltres .... i ...., com a pares dels nostres fills i tots els que som i hem sigut pares des del inici del temps, fins avui, no hem sabut educar els nostres fills en l’amor, la vida i la llibertat, els hem volgut fer nostres i iguals a nosaltres, competitius, amb estudis, diners i que no els faltés res i per a tant no hem sabut crear un ambient familiar on els valors educatius els ajudessin a ser ells mateixos, on la convivència, la llibertat, la responsabilitat creativa i alegre i per tant, el estimar-nos jugant dia a dia han mancat la majoria de vegades. HO SENTIM, PERDONAN ‘S, T’ ESTIMEM I ET DONEM LES GRÀCIES 

martes, 31 de enero de 2012

Rendirse al Amor

O cómo liberarse de prejuicios

Nuestra vivencia cotidiana, no se escapa ni por un instante de nuestra experiencia personal, cada día que pasa vamos avanzando, como quien no quiere y no se da cuenta,… caminamos hacia nuevos parámetros.

Casi todos los humanos tenemos una resistencia innata al cambio, aunque en el fondo sabemos que es lo único que realmente prevalece. Vamos creciendo, vamos madurando como personas, como parejas y/o familias, incluso maduramos como empresas y como colectivos, hacia una liberación que nos permita vivir cada día con más alegría y bienestar, con menos problemas, miedos, angustias, estrés, con más salud, con más sonrisas y felicidad,…

Lo que no sabemos de entrada es que esto que empezamos a desear es, en el fondo, el principio de nuestro gran cambio, un cambio de actitud ante la vida, un cambio que, hasta que no digamos un SÍ de verdad, difícilmente se producirá.

Nos cuesta porque venimos cargados de prejuicios heredados y adquiridos,… de todos los tipos y colores, éstos vienen camuflados a veces en forma de aptitudes, habilidades, creencias o patrones que, aunque nos han dotado de herramientas y experiencias y por lo tanto, aparentemente, son beneficiosos para nosotros,… cuando los observamos con curiosidad y más en profundidad, descubrimos que lo que en realidad hemos hecho es protegernos, ponernos corazas, hacernos los fuertes, dur@s, invencibles,… para poder agradarnos y agradar, para poder engañarnos y engañar (sin querer).

Actualmente muchos de nosotros hemos visto romperse en añicos estas corazas y protecciones, hemos visto cómo muchas de nuestras creencias se las llevaron los vientos de los tiempos actuales, cómo la mayoría de nuestras virtudes también escondían miedos y a veces rabias y odios camuflados, cómo los prejuicios dejaban de serlo porque también necesitábamos no sentirnos juzgados, para no sentir que el falso suelo que habíamos pisado durante muchos años se nos estaba hundiendo (crisis de salud, económica, de pareja, de valores, con nosotros mismos,…) y nos estábamos quedando desnudos y sin protección ante un nuevo mundo desconocido.

Cuando llegas a este estado de soledad, de desespero, de incomprensión, de dolor y heridas del pasado, de miedos rebeldes, de vacío cercano al absoluto, siempre aparece en algún lugar, dentro o fuera de nosotros, una chispita de luz, un “algo” que nos hace pensar que, a lo mejor, SÍ existe la posibilidad de vivir el día a día con alegría, jugando… Para sentir esta chispita hay que estar atentos, puede aparecer tras los ojos de un niño, un hermoso amanecer o un día de lluvia, un SMS, o una frase de un libro,… cuando la sintamos empezaremos a vivir sin temer perder ni ganar nada, simplemente viviendo, sintiendo y con ello empezando a amar de forma mucho más pura, más auténtica, sin capas, ni corazas, sin protecciones, ni seguros, sin prejuicios, ni creencias, un poco como lo hacen los niños.

Así, cuando nos damos el permiso de cambiar, aún sintiendo que lo hemos perdido todo, poco a poco empezamos a sentir que, desde este vacío, nuestro corazón empieza a llenarse, a amar y ser amado, a ser una nueva persona, abierta a una nueva dimensión, la que sea,… ¡qué más da!, porque dentro empezamos a sentirnos bien, a sentirnos felices, alegres, a reír, a estar más sanos, a enamorarnos de nuestra pareja, de nuestros hijos, de nuestro trabajo, de la vida, a amar desde un corazón nuevo capaz de volver a tener ilusiones y desde aquí sentir latir en nuestro interior la fuerza de la creación de un mundo nuevo para nosotros y los demás.

Que disfrutéis de esta deliciosa experiencia.

Ignasi

Juega a ser tú mismo

El Ser Humano lleva milenios intentando encontrarse a sí mismo. Han transcurrido muchos imperios, culturas, filosofías y religiones; hoy, en pleno siglo XXI, seguimos buscándonos sin demasiado éxito.

Recientemente, hemos conocido movimientos, técnicas, terapias, modelos,… que intentan acercarnos a nuestro ser interno, que nos ayudan, a través del encuentro con nuestro niñ@ interior, a ser cada vez más, nosotros mismos.

Somos seres que nos hemos complicado la existencia dividiéndonos a nosotros mismos en tres planos, el físico, el mental y, cada vez más, el espiritual. Estamos atravesando según países, niveles sociales, niveles culturales,… rachas de culto al cuerpo, mediante dietas, deportes de todo tipo, fórmulas mágicas para todas las necesidades y los que están en ello, saben de alguna forma que esto no les llena completamente, ni les hace sentir la alegría de vivir que desean.

También disponemos de corrientes de pensamiento y de comportamientos de todo tipo, desde los más tribales hasta filosóficos y no digamos teológicos o incluso transcendentales. Las hay de todos los tipos, tantos, que enumerarlos ocuparía muchas páginas, tenemos tendencia a catalogarnos y colocarnos en nuestra casilla correspondiente.
Otros, más espirituales, están en religiones, en determinadas escuelas y/o corrientes de crecimiento y, leen, buscan, meditan, practican honrosamente la búsqueda del dios de su corazón, de la unidad con el Universo y con la Naturaleza, de la fusión de almas,…

Puede que ahora nos toque simplificar, aceptar de una vez por todas lo que somos y dejar de pelearnos con nosotros mismos, dejar de castigar nuestro cuerpo, dejar de reformatear nuestro cerebro y dejar de buscar con complicadas herramientas y métodos nuestra paz y equilibrio interiores.

Ha llegado el momento de empezar a disfrutar de la Vida en toda su plenitud, de creernos que Ser Felices es un derecho de todos los humanos, que cuerpo – mente – alma sean uno y por lo tanto que la sensualidad y la “famosa” sexualidad sean integradas en nuestro ser, no sólo como elementos de conquista y de disfrute, sino como parte esencial de nuestras vidas, tanto individualmente como en pareja.

La sexualidad puede ser, si lo deseamos, tan placentera físicamente como queramos, puede también ayudarnos a sanar nuestros cuerpos y mentes y, por descontado, será tan Sagrada y Divina como lo es la propia Vida.

Disfrutar y gozar TOTALMENTE de nuestro sexo, sin miedos, sin sentimientos de culpabilidad, sin prejuicios, abierta y sanamente y, porqué no, espiritualmente, es el objetivo, la meta deseada que muchos de nosotros ya hemos aceptado.

Llegó el tiempo de aprender, desde lo sencillo y natural, a jugar con la vida, de aprender a vivir jugando con el día a día, con cada instante, sintiendo y gozando el presente y elevando nuestro cuerpo a su máxima expresión, la Felicidad y la Unidad completas.

Esto es lo que quiero y espero transmitiros con alguno de mis artículos y con algunos futuros talleres.

Os deseo lo mejor

Ignasi

jueves, 26 de enero de 2012

Corazón escritor


Hace días que siento la necesidad de escribir, el deseo de plasmar mucho más que ideas o pensamientos, quiero aparcar mi mente por un rato y poder, o por lo menos intentar, escribir desde mi corazón.

Son días, semanas, meses,… años quizás, que llevo escuchando una voz en mi interior que me agrada y me asusta a la vez, una voz que intenta decirme algo importante, voy a intentar escucharla y transmitir lo que me dicta de la mejor manera posible.

Siento que los humanos estamos donde estamos porque así lo hemos elegido, de forma consciente o inconsciente estamos viviendo aquello que deseamos, en toda su plenitud y manifestación.

Ciertamente la lucha entre lo que pensamos y lo que sentimos nos llega a sorprender, a confundir e incluso a crisparnos hasta hacernos estallar.

Parece todo muy difícil, si nuestro punto de mira es limitado y se centra mucho en todo lo que nos dijeron, en lo que creemos, en nuestros miedos y temores, en los deseos y en los apegos que tenemos a cosas, pensamientos y personas; no lo parece tanto cuando adquirimos perspectiva y adoptamos la actitud de vivir el presente en toda su intensidad, cada instante como si fuera el único de nuestra existencia, cada momento como algo mágico, cuando vivimos con la alegría y/o el dolor de cada momento, jugando a ser lo que de verdad queremos ser.

Hay dos formas de vivir y un paso intermedio, esto es lo que mi corazón viene diciéndome hace tiempo y que tanto he tardado en escuchar,… espero tardar menos en vivirlo.

Existe un inmenso estercolero fangoso, maloliente, asqueroso y un hermoso prado lleno de hierbas y  flores con toda una inmensidad de olores y sensaciones agradables.

La mayoría de nosotros vivimos en el cenagal; dolencias, miedos, tabúes, viejas creencias, rabias, odios, juicios, prejuicios, enfermedades, problemas con el dinero, con las personas, con los hijos, la pareja, los padres, los compañeros,… la lista es interminable.

En este inmenso cenagal los hay que están hundidos, ahogándose, con la mierda (perdonad la expresión, que por cierto repetiré varias veces) hasta el cuello; otros retozan como cerdos, plácidamente en él; algunos intentan salir de allí, se levantan, resbalan, se vuelven a ensuciar, buscan formas de salir, se desesperan o esperan el momento y lugar para volver a intentar escaparse; muchos creen que solo existe esta mierda en la vida de cada uno y se enfadan, pelean, luchan y protestan por estar allí, pero no hacen nada por salir del estercolero, porque creen que fuera de él, simplemente hay más mierda todavía. Hay estercolero para todos los gustos y para todas las necesidades.

Los que intentan salir de allí, tarde o temprano han de pensar hacia donde quieren ir, debe haber otra alternativa, otro lugar mejor, un estímulo, una ilusión para intentarlo primero y para volcarse luego en cuerpo, mente y alma hasta su consecución.

Los que quieren salir de allí han oído hablar de otro lugar donde los humanos son felices, disfrutan de la vida, se tumban sobre los verdes prados rodeados de flores con aromas exquisitos, sienten la humedad del rocío y disfrutan del sol del mediodía, juegan, ríen, se abrazan, se aman,… gozan.

A los del cenagal, nos resulta muy difícil poder creer en ello, porque rompe con todo lo que creíamos válido, con lo que considerábamos normal, con lo común, muchas veces con lo ancestral,… el paraíso no existe,… esto sólo es para unos pocos privilegiados,… ¡qué habrán tenido que hacer para conseguirlo!,… a veces, demasiadas veces, nos resulta más fácil creer en el dolor, en la enfermedad y en la desgracia (es lo normal) que en el placer, la salud y la alegría.

A cada uno le llega su momento de desear la felicidad, puede ser más pronto o más tarde, pero, pudiéndolo alcanzar antes, ¿porqué esperar al final de nuestras vidas?

Cuando tomamos firmemente consciencia de la necesidad de cambiar, debemos dar el sí algún día, el prometernos los cambios para mañana no nos ayudará nunca a conseguirlos; un buen día, por la razón que sea, por un clic, por un hecho, por… algo, diremos que sí al cambio hacia una nueva vida: una vida donde todo tiene sentido, donde el amor se corresponde con la alegría y la felicidad, donde si estás bien por dentro, también lo estás por fuera, donde ganas gozando cada instante, con alegría, jugando a ser tu mismo, arriesgándote sin miedo, venciendo los viejos temores.

Lo que nos ocurre es que, para dar este paso, sentimos que nos falta algo, estamos sucios de la mierda pasada y no nos sentimos preparados para revolcarnos en la hierba, para gozar de las flores,… para sentirnos parte de la Naturaleza, nos hace falta un buen baño.

El baño en estos casos requiere de agua corriente, no de agua estancada que se ensuciará y no nos dejará lo limpios que deseamos estar. Una ducha o un baño en un río, debajo de una cascada, agua que corre, que fluye,… nos concederá la sensación de ser dignos merecedores del paraíso, de la nueva vida.

El fluir es toda una filosofía de vida, ancestral en algunas culturas, primordial en algunas formas de vivir orientales, como en la filosofía Zen (no pienses, no juzgues, déjate fluir).

Fluir es dejarse llevar, es dejarse lavar, es dejar que la porquería de tu cuerpo y de tu alma sea arrastrada a veces suavemente, otras frotando duro, hacia el mar que lo sanará. Fluir es dejar de pensar en todo lo que llevamos puesto y sentir la liberación de quitarnos de encima un montón de peso, de mierda, de pesadillas acumuladas durante años de mala vida. Fluir es dejarse amar por el Universo y la Naturaleza que harán de sanadores; fluir es confiar y entregarse a dejar de ser “el que eras”, para Ser, no el “que quieres ser”, si no, el que “eres de verdad”.

Fluir es abrirse desde la gratitud a lo nuevo y maravilloso del día a día, por absurdo que pueda parecer, por necio que pueda resultar.

¿Ninguno de vosotros, queridos lectores de mi corazón, habéis tenido que agradecer con el tiempo, algo que, en su momento, os pareció una desgracia?

Fluir en el agua es una forma maravillosa de empezar a sentirse limpio y sanar cuerpo, mente y alma, fluir es dejarse llevar por la esencia más pura de lo que somos en realidad, una proyección de la esencia universal hecha hombre o mujer, gracias a la Madre Naturaleza.                                                                                            

Es en este fluir, en este confiar, en el dejarse llevar por el corazón y el alma, cuando el ser humano toma consciencia de sí mismo y de lo que realmente es importante en su vida; dejamos de aferrarnos a todo aquello que ya no nos es de utilidad y empezamos a sentirnos más niños, más puros.

Es desde esta esencia,… de una escondida niñez, cuando tendremos ganas de jugar con lo nuevo que nos depara cada día, cuando los problemas dejarán de serlo, cuando las soluciones vienen gracias a la sincronicidad, cuando la salud es un reflejo de la alegría de vivir, de oler, de gustar, de tocar, de abrazar, de amar y ser amados, de dar y recibir, de tomar sólo aquello que nos apetece e ignorar aquello que no nos aporta nada.

Cuando por fin empezamos a sentirnos niños, aunque sea a ratos, la recompensa es grande y, retozar sobre la fresca hierba, oler las flores, sentirse libre, limpio, sin cargas, empieza a hacerse realidad.

Que lo gocéis plenamente.

Ignasi

domingo, 22 de enero de 2012

El poder de la ilusión

Las personas que estamos inmersas en el mundo del crecimiento personal nos pasamos la vida buscando, ensayando y utilizando herramientas, sistemas,… que contribuyan a nuestra mejora. Hoy tenemos a nuestro alcance métodos de todo tipo: físicos, mentales, emocionales, espirituales, mágicos, artísticos,… y si nos pusiéramos a enumerarlos, la lista ocuparía todo este artículo y probablemente nos olvidaríamos de algunos.

Casi todos coinciden en decirnos que la mayor fuerza, el mayor poder para cambiar y crecer lo tenemos dentro, reside en nuestro interior, al igual que nuestro maestro, que nuestro dios, que…

Miles de años y miles de fórmulas de todo tipo, pero probablemente muy pocas tan poderosas como la ilusión, una fuerza tan sencilla y por ello tan poco conocida, tan obvia y tan descuidada, tan humilde y tan sublime.

La ilusión la vemos especialmente reflejada en las caras y los ojos de los niños, ellos son el más fiel recuerdo de nuestras ilusiones perdidas, días de fiesta, regalos, momentos especiales, risas y un largo etcétera, que, recordándolos, son capaces de despertar y hacernos sentir la ilusión en el corazón de un niño.

Luego de más mayores podemos seguir sintiéndola por un amor, por un trabajo, por una carrera, un viaje, un coche, unas vacaciones, el último pago de,… o cuando nos hacemos mayores, por unos nietos, unos días en familia, la visita de un amigo,…

La ilusión está siempre presente en nuestras vidas, aunque la mayoría de las veces terminemos olvidándola, dejándola para los más jóvenes, para los “ilusos” y, lo que es peor, pensando que no sirve de nada, que la realidad es así de dura, que nada se puede hacer, que la cuestión es ir tirando.

La pérdida de la ilusión conlleva tristeza, enfermedad, depresión, cansancio, estrés, nos atrae despacio hacia la muerte de las emociones, del alma y puede que también del cuerpo.

Sin embargo, si nos damos permiso para, a cualquier edad y bajo cualquier circunstancia, tener ilusiones, nuestra vida dará un giro total, nos rejuveneceremos, nos adelgazaremos si es lo que deseamos, recuperaremos la salud, sentiremos la vida fluir por nuestras venas, su energía invadirá cada una de nuestras células y neuronas, la alegría nos permitirá vivir la vida de otra forma, las dificultades se empequeñecerán, las respuestas aparecerán, la magia y lo sublime volverán a existir en nuestras vidas, incluso podremos volver a enamorarnos de nuestra pareja o reiniciar una nueva vida…, lo difícil y lo imposible se harán realidad, el dios/diosa de nuestro corazón volverá a manifestarse en toda su grandeza.

Puede parecer utópico e “ilusorio”, porque… tuve una embolia, porque tengo un cáncer, porque me he arruinado, mi marido me ha abandonado, mi hijo es drogadicto, me van a embargar el piso, no llego a final de mes, me han despedido del trabajo, se terminó el paro,… y todas las desgracias que se os puedan ocurrir y más, y más… son excusas para no gozar de la ilusión.

Hay personas tetraplégicas que lo superaron, seres que vencieron el cáncer, que rehicieron su vida amorosa, que tuvieron una gran idea, que se hicieron ricos,… la vida está llena de libros que hablan de casos así y todo gracias a la ilusión.

Niñ@ - Ilusión – Amor - Fuerza – Creación, una vieja y olvidada fórmula para rehacer nuestras vidas.

Con todo nuestro amor.
Ignasi

miércoles, 18 de enero de 2012

Para tí, mujer…

La igualdad entre hombre y mujer lleva siglos de conflictos, de torturas, lapidaciones, injusticias y discusiones; hoy en pleno siglo XXI, en la nueva era de Acuario, seguimos luchando, hombres y mujeres por el mismo tema ancestral.

La Mujer sigue buscando el equilibrio de distintas formas: buscando la igualdad con el hombre, intentando superarlo, luchando como Mujer… para no someterse a él, solo unas pocas saben que crecer como Mujeres es lo único que las puede hacer grandes.

Ahora queremos ir, desde lo más sencillo y natural, a lo más divino, por el camino más llano y menos complicado, queremos generar al encuentro de la Mujer consigo misma.

Sabemos que la Mujer es una plasmación maravillosa de la divina feminidad, de la Madre Naturaleza, de la Belleza, de la Abundancia, de la Armonía,… de la apertura de sentidos y corazón, su cuerpo y alma sensuales están creados para dar y recibir, dar amor, dar vida y recibir amor y vida a la vez.

Queremos contribuir a que la Mujer pierda el miedo a serlo de verdad, que no necesite esconder su diosa para competir en un mundo de hombres y de viejas costumbres, que brillando como tal consiga triunfar en este mundo, que en este proceso “sus” hombres, su entorno y todas sus creaciones gocen de descubrir las maravillas de lo Femenino y a su vez aprendan a respetarlo, amarlo y venerarlo.

La igualdad deberá nacer desde lo más profundo, cambiando y mejorando las creencias más arraigadas, los valores, la esencia, lo interior y espiritual, lo físico y sensual, la relación con la pareja, la sexualidad y con ello conseguir que la Mujer descubra su grandeza y estimule al hombre a descubrir la suya desde lo más profundo.

Mujeres reflejo de la belleza exterior e interior, compañeras, amantes, madres, trabajadoras, líderes y emprendedoras, sensuales y divinas, este es el “sueño” por el que apostamos, un sueño que tú, Mujer, puedes realizar si quieres mejorar tu vida y romper con los viejos esquemas existentes, ¡un sueño que ahora puedes hacer realidad!

Con todo mi amor,

Ignasi

domingo, 15 de enero de 2012

El hombre que quieres ser

Es cierto que los hombres venís dominando el mundo desde hace milenios, que las mujeres casi siempre han estado a vuestra disposición y servicio, como madres, hermanas, amigas, compañeras, amantes, esposas, madres de vuestros hijos y también como enfermeras de vuestros cuerpos y almas.

Es cierto que no tenéis la culpa de ello, que la herencia genética, la civilización, la sociedad os impuso unas normas que vosotros habéis obedecido fielmente.

También es cierto que ahora mismo algunos empezáis a estar desconcertados ante la evolución de algunas mujeres, mujeres que reclaman el derecho a ser amadas como tal y desde la igualdad más absoluta.

La vida no os ha sido fácil, la guerra entre lo racional y lo emocional os ha dejado derrotados a la mayoría.

Ahora algunos estáis empezando a escuchar el silencio, a amar lo desconocido e incomprensible a simple vista, os salen lágrimas cuando veis a un bebé, delante de algunas escenas de cine o cuando abrazáis suavemente a vuestra amada, empezáis a descubrir un mundo mezcla de masculino y femenino, inusual, extraño, a veces divino.

No temáis, no sois raros, estáis empezando a desarrollar a la mujer que lleváis dentro y a su vez a fortalecer el Hombre que sois. Estáis descubriendo que la igualdad parte de la diferencia, que lo ideal es la Unión entre ambas partes, dentro de uno mismo para luego proyectarlo y atraerlo desde fuera.

El Hombre de hoy necesita perder el miedo a dejar de serlo, necesita saber que, volviéndose sensual, tierno, romántico, espiritual, creativo es más Hombre y se acerca más al gran propósito de su vida.

Ser compañero, jefe, líder, amante, esposo, hijo y padre desde esta dualidad es la culminación de un trabajo de siglos.

Los Hombres de hoy deseáis serlo; puede faltaros algo de tiempo, valor o decisión, pero la mayoría saben que éste es el camino.

Ponto podré contribuir a este propósito de muchos Hombres, facilitando este avanzar por el camino desde la vivencia, la experiencia individual o en grupo, compartiendo con otros sus logros y sus dudas, haciéndoos sentir mejor el mundo en qué vivís, desde la alegría de vivir jugando el día a día con los vuestros y gozando de la plenitud de vuestra nueva y merecida masculinidad.

Ignasi

viernes, 13 de enero de 2012

SUEÑOS: Un cuento de amor

Hace días tuve un sueño, un extraño sueño, donde hombres y mujeres se amaban y eran felices, su vida era como un juego, estaban alegres, jugaban entre ellos, jugaban con sus padres y con sus hijos, jugaban con los compañeros de trabajo, con la vida...

No eran seres extraños de otro tiempo, ni de otro planeta, eran humanos de la tierra en pleno siglo XXI. Trabajaban 8 o más horas (algún día), se cansaban como todos, tenían los mismos problemas con sus padres, hijos y familiares que tiene todo el mundo, debían cuidarse para estar sanos, dicho de otra manera, eran normales.

Pero había algo extraño en ellos, gozaban de una excelente salud, siempre estaban de buen humor, las cosas les iban bien, tenían tiempo para todo,… se les veía felices.

Extraño sueño en un mundo inhóspito, en una sociedad en crisis económica, con crisis de valores, en un mundo de cambios climáticos y lleno de extraños virus que se adueñaban de los más débiles.

En el sueño me sorprendió ver una extraña pareja, feliz, alegre y juguetona. ¿Qué era lo que les hacía sentirse felices?  Los observé atentamente durante todo el día y al despertar anoté lo que había vivido con ellos; estos fueron mis apuntes:

Al sonar el despertador a las 7 de la mañana, él la miraba dulcemente con ojos amorosos,  se arrimaba a ella en la cama, la envolvía suavemente con sus brazos y le daba un dulce beso en la frente; al primero, le sucedían pausadamente otros muchos en los párpados cerrados de la bella durmiente, en la mejilla… hasta provocar en ella un dulce despertar; ella se movía muy femenina, se acurrucaba más junto a él y empezaba a regalarle también dulces besos acompañados de un “buenos días, Amor”.

Unos minutos de caricias y suspiros, la mano de él, más atrevida, le acariciaba un seno o se posaba discretamente sobre su sexo, ella se complacía y le devolvía el cariñito, se miraban, se besaban, se deseaban un buen día y se levantaban.

Ella iba al aseo a ducharse y él preparaba el desayuno, hacía su plegaria matinal en la terraza de su piso y se iba al baño para contemplar la desnudez de su amada, darle algunos besos más, decirle lo hermosa y divina que era y se aseaba mientras ella se arreglaba y vestía.

Roces, besos, miradas picaronas, lo vi a él dándole un besito en la suave nalga de su amada cuando se estaba vistiendo; definitivamente les gustaba jugar y empezaban a calentarse mutuamente…, pasión y ardor que se notaban en su respiración; era una delicia contemplarlos.

Desayunaban en familia, con sus hijos, que compartían la ilusión de sus padres; una de las hijas decía, “cuando tenga novio, me gustaría que él me mirase como papá te mira a ti”, dirigiéndose a su madre.

El juego entre ellos acababa de empezar; pronto se separarían para ir a trabajar, después de dejar los hijos en el autocar del colegio.

Subían todos al coche, charlaban, reían, hacían comentarios divertidos del colegio, de la última película, de lo que fuera…, él tenía la magia de poder transformarlo todo en alegría y ella le seguía compinchándose con él, tocando su pierna, acariciando su mano, intercambiando miradas. La alegría se había adueñado de sus corazones.

Al llegar a la puerta del trabajo, se daban un dulce y largo beso, se decían palabras bonitas en voz baja, “tengo ganas de volver a tenerte entre mis brazos”, “ deseo volver acariciar tu cuerpo desnudo”, “te quiero”, “te adoro”,… una retahíla de cursiladas para los no entendidos.

Su jornada laboral era muy curiosa, contagiaban la alegría a todos sus compañer@s, eran rápidos y eficientes, trataban de una forma muy especial a sus clientes, proveedores, bancos y también acreedores, que también los había… no eran momentos aparentemente fáciles para ninguno de los dos…  

Por la mañana, dos SMS, “no puedo olvidarme de ti, te amo”; respuesta “eres mi diosa”,…

¿Qué extraño lenguaje estaba utilizando la pareja de mi sueño?

Empecé a comprender que entre ellos había mucho más que obligaciones, responsabilidades, compromisos, deberes,… entre ellos había un ingrediente poco común: estaban jugando a vivir el día a día en cuerpo, mente y alma, todo a la una. Ambos respiraban paz, salud, vitalidad, alegría, sensualidad,… magia.

Los mensajes se sucedieron a la hora de comer y a media tarde; el último fue “te deseo con toda mi alma”.

Se inició la vuelta al hogar: él recogía a los niños, merienda, charla con los hijos, deberes,… llegada de ella a casa, besos, cariñitos, y todos al sofá durante 10 minutos; seguían con los deberes y el estudio compartidos, duchas de sus hijos, gritos como “!mamá! …¿vienes?, ¡mira como me están creciendo los pechos,…! Risas de papá y comentarios del hermano; entre ellos todo era natural y alegre, fresco, divertido, él preparaba la cena y el pequeño ponía la mesa, ella estaba con su hija adolescente, recogiendo ropa y ordenando cosas.

Llegaba otro ritual sagrado para ellos, la mesa: disfrutaban comiendo cosas sencillas, una verdura, unas tortillas, unas tostadas, ¡sorpresa, papá había comprado helados para todos de postre!, risas, tertulia, sobremesa,… todos la recogían y ponían los platos en el lavavajillas, paso previo para volver a sentarse en el sofá, algunos días, televisión si encontraban alguna serie para todos que terminase hacia las 10; otros días, con la tele apagada, sesión de abrazos, mimos en grupo, risas, cosquillas, comentarios del día, del colegio, del trabajo, era un espectáculo verlos tan felices cariñosos y juguetones.

El y ella se iban cruzando miradas con mensajes ocultos (que con la clarividencia del sueño interpreté como: “qué feliz soy contigo”, “mira la niña que bien está”, “pronto estaremos solos los dos”,” te deseo, mi amor”,)… era una danza femenina de colores, en presencia de lo masculino, seguridad, paz, calor,… con un fondo musical de estrellas y cascabeles, puro goce el verlos.

Era medianoche y me desperté del sueño con lágrimas en los ojos, ¡Cuánto desearía tener una familia así! ¡Cuánto daría por conseguirlo! ¿Y si yo probara a cambiar…?  El espectáculo era pura belleza, puro amor, con un encanto añadido, lo divino ¡era tan sencillo!...

Quería parecerme a él y tener una familia como aquella, una mujer-diosa como la suya, bella, femenina, juguetona, profunda y alegre, feliz y cariñosa, inteligente, madre,…

Lloré largo rato y, entre lágrimas, volví a ese sueño que me tenía cautivado.

Papás e hijos sentados en las camas, penumbra, una luz lejana de una lámpara de sal acompañaba el momento sagrado de bendecir y despedir el día…; en el silencio de la noche se oía un ¿de qué damos las gracias hoy?... y todos empezaban a agradecer lo acontecido durante la jornada, incluso cosas tan sencillas como lo buena que estaba la verdura, lo agradable del chaparrón de mediodía,… bostezos, besitos de buenas noches y los pequeños a dormir, con un te quiero en boca de cada uno de ellos.

Salieron los dos de la habitación cogidos de la mano, al llegar al salón se miraron, suspiraron y se sentaron en el sofá abrazándose de una forma difícil de explicar, parecían hechos con moldes, se acoplaban a la perfección; sus cansados cuerpos se curvaban sensualmente adaptándose el uno al otro de una forma maravillosa, todo encajaba…, brazos, manos, cabezas, hombros,… los oí suspirar tras un día agotador, compinchados en un cálido abrazo donde sobraban las palabras y el silencio se transformaba en la mejor comunicación entre ellos.

Suaves besitos, mucho amor; me pareció ver como de esta fusión surgía un halo luminoso que transformaba su entorno en algo brillante, resplandeciente, unidos eran como un arco iris, donde curvas, luz, color, sensaciones se fundían de una forma insólita, dando lugar a una armoniosa danza del amor.

Empezaron a hablar suavemente a contarse las cosas del día, a crear y construir juntos, como compañeros, su vida; hablaban de ilusiones y proyectos, de los hijos, del mañana…, escuché como ella le decía “¡qué bien estoy contigo!”, empezaron a besarse, primero suave, luego más intensamente, me sorprendí al verlos, de la más exquisita dulzura pasaron rápidamente a la pasión más desenfrenada, sus cuerpos se movían de forma lujuriosa, se deseaban, él la apretaba todavía más entre sus brazos…, entonces con una mirada de complicidad, se levantaron los dos, ella fue al baño, él cerró las luces, preparó la cama y entró también al baño, los oí reírse en voz baja… y por respeto a ellos decidí dejarlos jugar…, aunque fuera un sueño, su intimidad merecía un sagrado respeto.

Cuando me desperté estaba sudado, me sentía extraño, era una sensación distinta a las normales de otros días…,

Sentía una plenitud intensa que se apoderaba de mí con cada minuto que pasaba. Se despertaron en mí las ansias de escribir, de hacer más real aquello que podía haber sido sólo un sueño. Empecé a escribir estas líneas… Mi cabeza y mi corazón latían al unísono… quizás aquel sueño era una llamada de mi interior para darme la oportunidad de, sencillamente, cambiar mi vida, mi perspectiva…, de darme la oportunidad de ser verdaderamente feliz, de vivir cada momento de mi vida con intensidad, con alegría y sabiendo, desde lo más profundo de mi alma, que cada minuto cuenta, que cada instante es un suspiro mágico de vida, que yo no podía desperdiciar…

Quizás eso que parecía un paraíso inalcanzable, era posible, empezando a danzar, en el día a día, cada vez un poco más con el amor y la ilusión..., quizás eso que podía parecer una quimera para algunos, podía ser real tan sólo deseándolo desde el corazón de todas mis células, aburridas ya de tanta rutina…

Quizás, sólo quizás,… valía la pena desearlo e intentarlo… aunque sólo fuera un día...

Ignasi