sábado, 17 de enero de 2015

El Tantra y el sexo anal (Adhorata)

Aunque muchas veces en occidente el sexo anal todavía se ve como algo prohibido, pecaminoso, sucio, peligroso, antinatural, doloroso, solo para gays… el sexo anal desde la más remota antigüedad, especialmente en oriente y en el Tantra, siempre fue considerado como algo muy sagrado.

La Madre Naturaleza hizo que la zona anal fuera increíblemente rica en terminaciones nerviosas (más de 5000), listas para proporcionarnos placer, que el punto sagrado del hombre (su glándula prostática o punto G según unos o P según otros) sólo fuera accesible a través del ano, que la magia de la energía sexual física, psíquica y vibracional esté en la base de la columna vertebral (coxis-zona sacra), que a través del ano se puedan sanar muchos traumas sexuales y que, en este punto sagrado, confluyeran nuestros dos sistemas nerviosos (simpático y parasimpático).

Esta manifestación natural de nuestra zona anal (hasta ahora tabú) ha llevado, tanto al yoga y sus múltiples variantes (ejercicios como el Mulabandha, Asvini Mudra o Tada Mudra, relacionados con el ano, sus músculos, esfínteres y energías) como a otras disciplinas, a considerar el ano y el recto no sólo como placenteros sino también como ocultadores de las energías más sagradas, como es el caso de la energía Kundalini que duerme entre la pared del recto y la última vértebra.

Nuestro chakra base o Muladhara es el que nos conecta con lo original y vital, con la tierra, con los instintos primarios (supervivencia, alimento, reproducción y sexo, descanso y por lo tanto con la vida), nos conecta con nuestra parte más salvaje y tribal y, está situado en la zona del perineo, desde los genitales al ano.

En el Tantra, nunca se ha marginado este tipo de relación sexual, sino que más bien se la ha considerado para iniciados avanzados.

Es por todo ello que un/a buen/a amante deberá saber cómo proporcionar placeres inéditos a sus parejas sabiendo cómo tratar adecuada y respetuosamente esta zona, no sólo en el plano puramente físico (sumamente placentero), sino también en el plano psíquico y espiritual, despertando energías, elevando la consciencia y llevando a la pareja al éxtasis.

Si sólo en el plano físico el ano ya requiere de un ritual preparatorio especial: higiene, lubricante, masaje relajante, besos, lengua, suave apertura con los dedos, juguetes... en el tantra, cuando se conocen las actitudes esenciales de respeto y honra (dador/a) y de rendición y entrega (receptor/a) y además se sabe qué maravillosa energía se está moviendo, el sexo anal alcanza la categoría de ritual (Adhorata) y deja de ser lo que era para ser un acto de amor que nos permite unir la tierra, el sexo, el placer... con el cielo, el alma, el éxtasis.

Visto así, el sexo anal, no sólo es natural y placentero sino que también alcanza la categoría de mágico, sanador, sagrado y divino, por ello debería ser visto por todos, hombres y mujeres, como otra forma hermosa de hacer el amor.

Ellas pueden hacernos el sexo anal con su boca, lengua, dedos, con objetos, frutos, hortalizas… o con juguetes… y para las más lanzadas, con un arnés adecuado. Nosotros, además, disponemos de nuestro Lingam (pene-vara de luz) para iluminar y consagrar con nuestro amor y semen sus entrañas y así ayudarlas a despertar su consciencia, elevar su energía sagrada y entrar en armonía con el Universo, con el Todo.

“Aquel día le dije que me gustaría volverme loco, besando, lamiendo, adorando y amando su lindo culo… sonrió, “¿tanto te gusta?...” se giró de espalda, ofreciéndome una visión maravillosa llena de suaves curvas aterciopeladas que sólo verlas ya excitaron mi alma y elevaron mi Lingam.

Puse mi cabeza sobre sus nalgas, sobre su sagrado femenino, su útero, cerré los ojos, la respiré y la sentí respirar, sentí el palpitar de su corazón y la acaricié y besé tiernamente, cientos de besos suaves, silenciosos, fuertes, ruidosos, apasionados, mordisqueantes, succionadores, locos…  para terminar abrazándola con la fuerza y pasión de mi hombre-dios, mi Shiva.

Nuestra respiración iba en aumento, sentimos la necesidad de conectar más nuestras energías armonizando nuestro ritmo, sintiendo, en el ligero ascenso-descenso de sus nalgas, el ritmo de sus pulmones; nos acompasamos, con lentitud y devoción… abrí suavemente sus nalgas y con el deseo encendido y el espíritu abierto, fui cercando despacio su ano, besos, lengüetazos, caricias con los dedos, lengua intrusa, dedo atrevido, lubricación básica a base de la dulce saliva que la condimentaba, exquisito manjar, locura de cueva…

Le rocié el ano con nuestro lubricante, se relajó, se entregó y se abrió para recibir primero un dedo, luego dos, que amorosamente acariciaban su interior relajándolo, dándole placer, jugando, curioseando, buscando sentir, a través de la sutileza, el dedo que estaba en su Yoni, encontrando un poco más adentro su punto sagrado. Masajeé, con calma primero y luego con más intensidad, su centro de energía… su respiración empezó a agitarse de forma premonitoria; suavemente paré, la besé mucho con todo mi corazón y lentamente saqué mis dedos de su interior.

Subí hasta dejar mi Lingam a la altura de su ano, besé su cuello, sus mejillas y le pregunté: “¿estas lista?”, “te deseo amor… penétrame, hazme tuya y llévame al cielo contigo…”, lubriqué mi pene y con suavidad empecé a entrar en su recto… cuando el glande hubo entrado paré, la invité en silencio a respirar conmigo, el movimiento de nuestras caderas iba al ritmo de nuestros pechos, me dejé caer para que el resto de mi miembro entrase en ella y ambos sintiéramos el contacto profundo.

Empecé a sentirme uno con ella, acariciando con mi Lingam su oculto y sagrado punto Kundalini, avivando su energía, haciéndola subir por su espalda, por su columna hasta la cabeza… buscando subir al cielo con ella…

El suave vaivén obró el milagro, empecé a notar sus temblores, su energía…, con sus contracciones me exprimió el Lingam para hacerme soltar el semen rociando su interior con mi energía y sintiendo como los dos exhalábamos un suspiro que nos llevó a un espacio-tiempo indescriptible.

Luz, curvas, amor… sexo sagrado… Todo.”

Con todo mi amor
Ignasi Tebé (ignasi.aurea@gmail.com)
Sanador, educador sexual y escritor
Facilitador de talleres y cursos para Hombres, Mujeres y Parejas

10 comentarios:

  1. Si pero no todos tienen la madurez, todavía es un tabú

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    1. Evidentemente sigue siendo un tabú para muchos y muchas, pero en este artículo quise haceros sentir la belleza oculta que hay tras esta linda forma de hacernos el amor.

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  2. yo practico el sexo anal con mi pareja y muchas veces se me hace mas placentero que la penetración vaginal. pienso que es tabú para aquellas personas que fueron criadas en un hogar donde la religión pesa mas, donde te dicen que eso es algo pecaminoso y que el sexo es solo para procrear. sin embargo en mi opinión las parejas jóvenes no piensan así para ellos es algo natural a la hora de hacer el amor

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  3. Es evidente que para los hombres es muy placentero, el ano es más estrecho que la vagina, el pene está más sujeto, el placer es más intenso... Pero lo importante es que lo sea para todos, para los que dan y los que reciben, haciéndolo no solo natural, sino también sagrado y sublime.
    ¡Que lo gocéis al máximo!

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  4. Estupendo artículo, Ignasi. Maravillosa descripción, se nota que sabes de lo que hablas.
    Pocas personas hacen el amor, entonces es difícil que lleguen a entender la naturalidad y ternura de un sexo anal bien practicado...con amor; de ahí el prejucicio sexual.
    Como bien explicas en un acto de entrega, en el que se descubre el placer de dar.
    Una vez más, muy bueno, no conocía tu blog.

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    1. Comprender el sexo como una unión entre el cuerpo y el alma, entre la tierra y el cielo y honrar esta maravilla, es la clave para poder hacer bello , todo lo que hagamos. Gracias Alma

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  5. se supone q en el tantra uno no vierte el semen, porq precisamente es lo q hace q el hombre eleve su energia, y ese orgasmo sea elevado.. por lo q dudo q esto sea tantra mas bien es mas de lo mismo sexo .. solo eso sexo

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    1. Querido amigo, como muy bien dices, se supone...
      En el tantra hay muchas corrientes, una de ellas y muy respetable, es la de no eyacular y otras (las que yo sigo) que son las de tener un contraol sobre la eyaculación. Puedes hacerlo o no, según sientas o quieras.
      De todas formas, el sexo (incluso el anal) si se hacen con estas actitudes, serán siempre algo más que sexo, será belleza, será èxtasis. Gracias amigo anónimo.

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