Supongo que la mayoría de los lectores de este Blog ya
saben que en el mundo del Tantra, casi todas las variantes sexuales pueden ser
contempladas como sagradas, puesto que todo depende del respeto, la actitud y
la consciencia que se ha de tener para vivir esta filosofía y gozarla, entre
otras cosas, a través de la sexualidad.
En el Tantra, la actitud Yang siempre es
desde la Honra, el respeto, la admiración, veneración… esta actitud genera más
confianza entre los amantes y hace que la relación sea más sagrada cada vez;
todo ello despierta la energía Yin que es la receptividad, desde la entrega y
la rendición y siempre desde la más absoluta libertad.
El sexo oral está entre los más sagrados, ya
que lleva implícito el placer (no la reproducción) y el dador/a (Yang) puede
entrar en la actitud de honrar, amar, respetar, venerar el sexo de su pareja,
además de gozarlo en toda su plenitud y con todos los sentidos. El receptor/a (Yin)
se entregará al placer que le está ofreciendo su amante y, esta actitud lo hará
más receptivo, vulnerable, pudiendo conectar con su esencia más íntima,
entregándose no sólo al placer sino a la contemplación progresiva de las
sensaciones y emociones a través de su cuerpo, su corazón, su alma y de su éxtasis
orgásmico.
El sexo oral nos lleva a unir lo que es
arriba con lo que es abajo: si nuestros genitales y primeros chacras conectan
con la energía tierra y los superiores de la cabeza nos conectan con nuestra
sabiduría y con el universo, la unión de los genitales con la boca, de la
tierra con el cielo, entre los amantes, genera una energía muy poderosa que ha
sido contemplada en casi todos los cánticos y rituales sagrados del antiguo
tantra.
La cultura y religiones occidentales
ensuciaron los genitales y la sexualidad, en cambio, el tantra siempre ha
considerado básica una exquisita, delicada y casi ritualística higiene en todo
lo que se relaciona con el sexo: el baño y la limpieza del cuerpo, genitales,
recto, manos, boca…forman parte de los rituales del Maithuna (unión sagrada).
Cuando están limpios podrán ser ofrecidos a nuestro/a amante para que pueda
gozar de ellos plenamente.
Cuando se parte de esta base de respeto,
honra y ofrecimiento, los fluidos sexuales se transforman en estimulantes aromas
capaces de transmitir emociones, su combinación con la saliva y con la
secreción mágica de la amrita (hablaré de ella en otro artículo), genera lazos
cargados de energía tanto física y psíquica, como mágica, se intercambian
energías, la química y las hormonas intervienen provocando estados de
consciencia más sutiles, estas secreciones maravillosas llegan a nuestro
cerebro (pineal y pituitaria) de forma sublingual, rápida e intensa,
abriéndonos a nuevos estados de consciencia.
En el sexo oral la lengua del hombre se
transforma en un sutil lingam (pene) que puede acariciar de forma muy especial
y penetrar sutilmente el yoni de la mujer (Shakti). Los labios de la mujer se
transforman en su yoni (vagina) envolviendo, acariciando, succionando amorosamente
el lingam del hombre (Shiva). En esta danza ambos dan y reciben a la vez, ya
que la comunión total embelesa a los amantes y los prepara para el éxtasis.
Además, el sexo oral mutuo (69 o posturas
opuestas del Tantra y Kamasutra como la del Cuervo) permiten una relación
tranquila, sentida, dulce, amorosa que facilita la contemplación del sexo de la
pareja, su adoración y el placer de ambos amantes; la vieja sabiduría nos recomienda
que primero uno sea el dador y luego el receptor ya que ambos a la vez puede
impedir el goce y la conexión entre el dar y el recibir (entre el yang y el
yin).
Así lo viví aquel día memorable…
“Habíamos estado un tiempo indefinido
acariciándonos, besándonos, tocándonos… el placer de sentir su piel rozando la
mía, había ido en aumento, necesitaba sentir sus humedades y empecé a besarla
locamente en su boca, nuestras lenguas danzaron juntas, nuestras hormonas nos
hicieron volver locos de deseo, nuestros sexos empezaban a rezumar nuestra
pasión y la danza se prolongó por todo el cuerpo…
Estábamos los dos tumbados de costado, mi
cabeza entre sus muslos y la suya entre los míos, buscando nuestros sexos, contemplándolos,
descubriendo sus ocultos e íntimos escondites, besándolos, oliendo, lamiendo,
saboreando… parando para tomar aire y sintiendo… Después de unos largos minutos
de pasión, nos quedamos quietos, sentía su aliento en mi sexo y el olor y sabor
de su flujo me estaba embriagando y elevando a un nivel de consciencia extraño,
sentí como un mareo que me estaba llevando más allá de mi cuerpo.
Empecé a lamer y acariciar con mi lengua y húmedos dedos sus labios mayores, me encantaba y sabía que a ella le gustaba muchísimo, que los cogiera, acariciara y lamiese, incluso rozase con mis dientes, primero uno, luego el otro, los dos… se pusieron preciosos, más carnosos y rosados, entré con mis dedos buscando la sutileza, finura y textura de sus labios internos, la humedad, temblor y emoción, estaban volviendo mágico el momento, mi dedo corazón se atrevió a entrar buscando su punto sagrado, se estremeció y empezó a jadear… la sentía en mi sexo, como si ella y yo fuéramos uno, como si mi pene estuviera en su garganta, ella inmersa en su creciente placer de vez en cuando besaba mis testículos o lamía mi sensible miembro.
Mi lengua y labios empezaron a ascender de
forma juguetona por aquel húmedo camino que trazaban sus labios vaginales, la
veía y sentía cada vez más diosa, más sagrada, su húmeda cueva me sabía a
templo de diosa, su flujo a néctar alucinógeno, la lengua trazaba distintos
caminos para ir acercándose despacio a
su perla maravillosa, por fuera, más hacia dentro, por el medio, más lento,
suave, con más presión, cerrando los labios, succionando suavemente sus
pliegues… mi lengua quería disfrutarla y jugar con aquella hermosa vagina de
diosa abierta a mí y al placer que le estaba ofreciendo, su clítoris había
crecido lo suficiente para tomarlo entre mis dedos, aprisionarlo con los
labios, besarlo, chuparlo… hacerle perder el mundo de vista. Sentí que su dulce
muerte llagaría muy pronto y aflojé.
Paré, la respiré, la sentí palpitar,
respirar, suspirar, gemir… entró en mi corazón… en mi cuerpo, en mi pene… lo
sentí hincharse, noté el hormigueo interior que anunciaba mi clímax… respiré
hondo mandando toda esta energía hacia mi cabeza, llenando mi cuerpo, abrazando
mi corazón, respirando como había aprendido… me calmé, se calmó y de forma
mágica ambos entramos en un final que no se puede explicar. Ambos abrazamos la
locura del deseo, del placer y de una comunión que nos hacía sentirnos uno en
medio de un maravilloso universo, la sentí estremecerse, gritar, arquearse,
agarró mi cabeza con fuerza contra su sexo… exploté gritando como ella,
perdiendo este mundo de vista y abriéndome a algo nuevo e indescriptible.
Cuando volví me encontré abrazado a su
vientre, con lágrimas en los ojos, rebosante de amor y sobre unas sábanas
mojadas.”
Que lo viváis
intensamente
Ignasi Tebé
Sanador, escritor
y educador sexual. Tel 667 761 640
Facilitador de
cursos y talleres de Tantra para Hombres, Singles y Parejas
Colaborador de Sex Aademy Barcelona...
Colaborador de Sex Aademy Barcelona...
bello
ResponderEliminarTodo el sexo es bello, cuando a todos sus ingredientes, se le añaden la consciencia y el amor.
ResponderEliminarmagico y hermosas satisfacción de amor. locura. entrega y respeto sin limites solo el uno para el otro.
ResponderEliminarLa unión de lo físico, el placer, la pasión, los olores y sabores... se funden con las emociones más hermosas como la entrega del que lo recibe, la honra del que lo da, la conexión y comunión entre ambos... Pura maravilla!!!
EliminarComo iniciar cursos de practica
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