sábado, 15 de marzo de 2014

Sexo y menstruación


Desde tiempos inmemoriales, en muchas culturas, aunque no en todas, la menstruación ha marginado a la mujer y ha creado una serie de leyendas y falsas creencias que la han separado de su actividad sexual durante el período, en el que muchas de ellas sienten más deseo, porque sus genitales están más sensibles al placer.

El concepto de sucio, mal olor, desagradable y otros, todavía están vigentes en nuestra cultura de consumo (compresas, tampones, toallitas, jabones íntimos, salva slips…), donde evitar los “malos olores de la regla” es casi una obligación. Frente a todas estas barreras culturales muchas mujeres han optado por cerrarse, durante esta periódica semana, consciente o inconscientemente al sexo y sus placeres,. Muchos hombres por desconocimiento, otros por solidaridad o resignación, aceptan también este retiro sexual.

En realidad las leyendas rurales y falsas creencias ancestrales no tienen ningún fundamento sólido, simplemente son el resultado de una cultura patriarcal que nunca quiso ni supo comprender la belleza y lo sagrado de la menstruación femenina y fomentó o promovió sandeces como: la menstruación paraliza las actividades sociales, marchita las flores, avinagra el vino, agria la leche, corta la mayonesa, echa a perder el jamón, provoca la ruptura de los objetos frágiles, debilita al varón y así muchos más tabúes, algunos de las cuales todavía prevalecen.
  
Otras arraigadas creencias  son: no es conveniente tener relaciones sexuales cuando menstruas, no te puedes quedar embarazada durante la menstruación, cuando estoy con la regla siempre me duelen los ovarios, todas las mujeres padecen de Síndrome Premenstrual o cuando se llega a la menopausia la mujer siempre pierde el placer y por lo tanto el deseo sexual.

Además la Biblia (levítico) la considera algo impuro: “ ...cuando la mujer tuviera flujo de sangre, su impureza durará siete días, y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la tarde. Y todo aquello sobre lo que ella se acostare mientras dure su impureza, será inmundo... Y si alguno tuviera unión carnal con ella y su menstruo cayera sobre él, será inmundo por siete días, y toda cama sobre la que él se durmiera será inmunda...”

Menos mal que poco a poco las mujeres de hoy empiezan a aceptar su período como algo sano y natural y que cada vez a los hombres nos asusta menos la sangre menstrual y por ello podemos permitirnos, de acuerdo con nuestras parejas, hacer el amor de otras maneras, para los más abiertos es simplemente un tema de higiene y precaución con las posibles manchas en la cama, sofá… (por cierto la bañera o ducha es un lugar excelente para hacerlo durante estos días).

El útero de la mujer, gracias a la recuperación de otras culturas ancestrales, se considera cada vez más sagrado, hay danzas para Shakties, bendiciones de útero, rituales lunares (cada vez se asocia más el ciclo de la mujer con el de la luna), con sus arquetipos femeninos y algunas mujeres ya empiezan a vivir su femenino menstrual, sin bragas debajo de las faldas y usando copas vaginales para recoger el flujo sagrado de su menstruación y usarlo en algunos bellos rituales. Algunas parejas masculinas comparten estos momentos mágicos con sus parejas…

Durante la menstruación, los órganos más femeninos: ovarios y útero se desprenden de las células que estaban preparadas para ser vida, la no fecundación las ha hecho innecesarias y el cuerpo de la mujer vuelve a regenerarse y expulsa algo muy sagrado, rico en muchos elementos, así lo explica Miranda Gray:

“Una mujer que toma conciencia de su ciclo y las energías inherentes a él también aprende a percibir un nivel de vida que va más allá de lo visible; mantiene un vínculo intuitivo con las energías de la vida, el nacimiento y la muerte, y siente la divinidad dentro de la tierra y de sí misma. La mujer se relaciona con lo visible y terrenal y con los aspectos invisibles y espirituales de su existencia.” Luna Roja, los dones del ciclo menstrual.

“La sangre menstrual contiene células madre regeneradoras, antes de que la ciencia corroborase lo que las ancestrales cazadoras-recolectoras ya sabían, muchas mujeres la utilizaban para tratar las heridas y los traumatismos, para fertilizar la tierra (las jovencitas danzaban con largas faldas - sin bragas- entre los campos. De ahí el origen de estas faldas con vuelo y los bailes en círculo de nuestras danzas populares), para tratamientos de belleza y un sin fin de usos regenerativos y nutritivos. Como veis tirarla al cubo de la basura o por la taza de WC es una pérdida de recursos. Por ello os propongo alguno de los usos que yo le doy y os animo a sumar los que vosotras le estáis dando ya (todos con óptimos resultados). Algunos son: Abonar las plantas (frutales, ornamentales, comestibles), dar volumen y brillo al pelo, mascarilla facial impurezas…” (Erika Irusta, ver más en este link).

Dentro del ciclo lunar femenino, la menstruación se corresponde a la fase de la luna nueva, unida al arquetipo de la “amante” que, deseosa del masculino, busca en el sur a su sol.

Durante la menstruación, esta sensación de bajón, aparentemente se da solo en el plano físico, pero en campos más sutiles, como son el emocional y el espiritual, cuando la mujer menstrua, desciende a su mundo interior, a ese lugar donde habita lo desconocido y lo no manifestado. Son días en que las mujeres estáis en un estado ampliado de conciencia, en un estado visionario, aunque muchas veces no os percatéis de ello.

El día en que las mujeres recuperéis vuestro Poder Menstruante, y con ello la conciencia de quiénes sois, el patriarcado, y sus obras, irán despareciendo y cediendo el paso a belleza y a las mujeres – diosas, que promueven la fertilidad (abundancia, salud…), la familia, el amor, la sensualidad y la sagrada sexualidad.

Y los hombres de verdad se inclinaran ante vosotras respetando, honrando, adorando y deseando vuestro femenino, como nunca antes lo habíamos hecho.

Ignasi Tebé
Terapeuta, escritor y educador sexual.

Colaborador de Sex Academy Barcelona