En estos
tiempos revueltos de crisis de todos los tipos, de cambios climáticos, de
alineaciones planetarias, de saltos cuánticos, aprendizajes de todo tipo y, …
ascensiones a nuevas dimensiones, la mayoría de los humanos andamos medio
chalados, hemos perdido el rumbo, no sabemos hacia donde ir, los valores y
creencias que teníamos están dejando de tener valor y sobre todo estamos
perdiendo la ilusión, las ganas de vivir y también las ganas de jugar.
Nos
dijeron hace tiempo que debíamos cuidar a nuestro niñ@ interior, ya que en él
está todo el propósito y sabiduría que necesitamos para vivir con sentido; pero
el niño tiene ganas de jugar y nosotros los adultos, nos hemos vuelto tan
serios que, no tenemos tiempo para hacerlo y, las ganas de reír, casi las hemos
olvidado.
La
tristeza, el desánimo, la depresión, el estrés, la falta de creatividad,… han
alejado nuestras ilusiones, hemos olvidado la creatividad y especialmente hemos
olvidado las ganas de vivir la vida, de disfrutar de ella, de ser felices,…es
más, hemos elaborado un nuevo programa en el que la felicidad es sinónimo de
imposible y donde el sufrimiento empieza a ser considerado como algo normal e
inherente al ser humano. ¡¡¡ Dios, dónde estamos !!!
Frente a
este panorama todos vamos tensos, casi no nos saludamos, no escuchamos, nos
cabreamos y lo peor de todo no vemos, ni queremos ver, por miedo, lo que nos
rodea y vamos casi ciegos por la vida…. ¿creéis que con esta escasa visión de
la vida, nos dejarían conducir por ella?: somos un peligro social porque
podemos asustar, chocar, atropellar o dañar a muchas de las personas que están
a nuestro alrededor. Con esta actitud de resignación, fatalismo aceptado,
culpabilidad o karma mal entendido, no podemos llegar muy lejos.
Hay otra forma de tomarse la vida, más alegre, más
divertida y cómo no, más profunda y seria si cabe. Tenemos un cuerpo para vivir,
para aprender a ser, sentir, percibir, gozar, reír, expresar nuestro amor y…
como no gozar de un buen sexo y follar.
Las personas
que aman y son amados, los seres que intercambian amor, hormonas, microbios, fluidos
y emociones, las personas que practican el sexo de forma libre, hermosa y
responsable, son mucho más sanas, gozan de un humor excelente, son más
creativas, perspicaces y son especialmente felices, a veces incomprensiblemente
felices a los ojos de muchos profanos.
¿Qué
ocurre con la sexualidad?: que por un extremo u otro la hemos sacado de
contexto, la hemos distorsionado y castrado tanto que o la consideramos pecado
o la situamos en la cima de nuestros más elevados deseos.
La
sexualidad bien entendida es inherente a los humanos, desde nuestro nacimiento,
la sensualidad se manifiesta ya en los recién nacidos: baño, masaje, caricias,
lactancia,…. y genera hormonas saludables que nos hacen optimistas y vitales, la
sexualidad crece con nosotros y sólo empieza a distorsionarse cuando desde la
niñez se dan respuestas ambiguas o incluso erróneas a las preguntas más bellas
y esenciales. Cuando llegamos a la adolescencia y con ella al despertar de las
hormonas, la sexualidad se vuelve explosiva y necesita respuestas muy concretas.
Los adultos la hemos redimensionado, algunos volviéndose obsesos (especialmente
los hombres) o abandonándola progresivamente (a partir de los 40) para dejarla
como algo que sólo hay que hacer de vez en cuando.
El sexo
puede ser tan humano y salvaje como se quiera y tan divino y sagrado como nos
dé la gana. Nuestros genitales y sexo están situados en la base de nuestro
cuerpo, en conexión con la tierra y relacionados con nuestros dos primeros
xacras, justo donde el Yoga nos dice que está dormida la gran energía Kundalini,
la que al despertarse eleva nuestra Consciencia en forma de orgasmo casi
cósmico y nos lleva a sentirnos Uno con el Todo.
Hay
algunos textos que hacen mención a la sexualidad como “el gran regalo de los
dioses”, podéis ver uno muy hermoso que es un extracto del
libro digital “Mensajeros del Alba” y cada vez hay más
personas, movimientos, corrientes, que consideran la sexualidad como el medio
ideal para alcanzar niveles de consciencia superiores sin olvidar, lo sana,
divertida y placentera que es.
Imaginaros
un mundo donde las personas de todas las edades, sexos y condiciones hicieran
el amor con sus propios cuerpos y a partir de cierta edad lo compartieran con
las personas que eligieran, un mundo donde tocarse, masturbarse, producirse
placer no fuera malo ni pecaminoso o peligroso, un mundo donde la sexualidad
fuera mucho más que follar o echar un polvo, un mundo donde la fantasía y la creatividad,
la alegría, diversión, placer, y todos los atributos que queráis del buen sexo
pudiéramos compartirlos, sin tabúes ni barreras, ni miedos con los seres que
amamos, un mundo donde “follar” fuera divino.
En este
mundo las personas serian felices, estarían mucho más sanas, los problemas se
resolverían de forma más fácil y creativa, la gente sonreiría y se saludaría,
dejaríamos sentarse a los ancianitos y jugaríamos con los niños,… sería un
mundo muy superior al que estamos viviendo y circular por él sería un placer.
Bienvenidos
a la Magia del Sexo.
Ricardo
Alas
Muy cierto. Yo vivo mi sexualidad al máximo.
ResponderEliminarEl sexo es vida, salud, abundancia... para el cuerpo, la mente y el alma. Felicidades!!!
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