viernes, 8 de marzo de 2013

Conocerte a ti, mujer.


Soy un hombre que, como muchos, ha tardado largo tiempo en valorar a las mujeres en todo su esplendor. Hace unos años no hubiera sido capaz de escribir esto.

Como hombre sentí vuestro atractivo y os deseé, como persona fui vuestro amigo y aprendí mucho de vuestra feminidad, como buscador reconozco que erais mi asignatura difícil, incapaz de comprender, amar y menos navegar por las, a veces turbulentas, aguas de vuestras emociones.

Tuve que buscar en mi interior para aprender a amar mi femenino, para que deseara unirlo al masculino, para intentar encontrar una forma hermosa y sencilla de unir lo que sentía con lo que creía debía ser, una quimera, unir deseo y amor, unir mi sexo con el cielo.

Busqué, leí, hice talleres y cursos, incluso tantra hindú, medité, escribí e incluso hablé de ello,… poco avanzaba en este camino, seguíais siendo un gran misterio,… hasta que un día me enamoré de una mujer.

Era todo lo que no podía comprender, dulce y poderosa, tierna y furiosa, madre y guerrera, misteriosa, desconocida y amada desde el origen de los tiempos,… sin comprenderla la empecé a contemplar, admirar, respetar, escuchar, sentir, gozar,… y en este extraño proceso sólo pude ofrecerle mi masculino, mi presencia, mi silencio, mis lágrimas, mi corazón y mi alma,… sin saber a dónde me iba a llevar todo aquello.

Ella empezó a acercarse a mirarme y a buscar mi protección, mi abrazo, mi ternura y a sentir mi oculto deseo de entrar y hacerme uno con ella.

Aprendí a dejar de querer y  a sentir el verdadero amor, supe lo que quería decir incondicional y empecé a rendirme, a dejar de luchar, a simplemente ser un admirador, un adorador del femenino maravilloso y a gozar de  sus diferencias, de sus emociones, a dejar de intentar comprenderlas y simplemente gozarlas, unas veces más cerca y otras simplemente estando, ofreciendo mi presencia.

Rendirme, entregarme, dejar de luchar, de intentar comprender y amar simplemente, obró el milagro en mi.

Volví a leer y aprender pero esta vez sobre el femenino, la Tierra, la Luna y sus ciclos, su maravillosa menstruación, sus diosas, sus arquetipos, sus misterios y me transformé poco a poco en el Ricardo de hoy.

Gracias mujeres de mi vida. Seguiré otro día.

Ricardo Alas

2 comentarios:

  1. lindooo! Cuantas quisiéramos hombres como tú.

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    1. Cada día hay más hombres así, ábrete a conocerlos, cree que existen, actúa como si ya lo hubieras encontrado y seguro que muy pronto aparecerá.

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