viernes, 24 de octubre de 2014

El Masaje del Yoni

El Tantra, dentro de las artes y rituales del Maithuna (unión sexual) posee una práctica muy hermosa que es el masaje de los órganos sexuales tanto femeninos como masculinos.
El yoni es el nombre sánscrito de la vagina y significa Templo Sagrado, por lo que es notable como esta concepción resulta mucho más respetuosa y poética que la de Occidente. 
El masaje del yoni -que es del que se hablará en esta oportunidad- pretende que la mujer se relaje antes de la unión sexual, que pueda disfrutar del deseo verdaderamente para que se despierten todos sus sentidos. Este masaje es muy recomendado pues crea entre la pareja todo un vínculo de intimidad y confianza que hará que la unión sea más relajada y natural. Incluso se recomienda cuando la mujer posee traumas o prejuicios que le limitan sus capacidades sexuales de sentir placer. Por su parte, el hombre experimentará placer al observar las reacciones de placer y pasión de su compañera.
Ahora bien, el masaje del yoni no pretende provocar el orgasmo. A veces este puede sobrevenir, pero la búsqueda es provocar placer al yoni, y que la mujer pueda disfrutar sin pensar en que debe alcanzar un objetivo.
Esta práctica tántrica ayuda a que se liberen muchas tensiones, a que la mujer se adueñe de su cuerpo y a que el hombre la honre y respete. Él estará ofreciendo y observando y ese será su único motivo de satisfacción pues no hay retribución, así él estará
pendiente únicamente del placer de su compañera y olvidará su propio deseo, por lo que la práctica rompe con el egoísmo que muchas veces afecta al hombre occidental.
En el Tantra, es importante no olvidar que la mayoría de las actividades sexuales son interpretadas y entendidas como rituales, y como cualquier ritual deben llevar su preparación. La preparación del masaje del yoni incluye un delicioso baño para ambos, un espacio íntimo y silencioso ambientado con música, velas, incienso, almohadones, aromas, y mucho tiempo. Además, antes que cualquier actividad sexual se recomienda ir al baño, para tener el estómago y la vejiga vacíos y ser más  ágiles.
El contacto de la pareja se inicia con abrazos, cariños sensuales, intercambio de largas miradas, un reconocimiento del cuerpo de ambos, para provocar un sentimiento de seguridad y por lo tanto la desinhibición de ambos.
Después de esta preparación, la mujer debe acostarse sobre su espalda y apoyar la cabeza sobre almohadones para que pueda mantener contacto visual con su compañero y observar sus genitales. Bajo su cadera, también debe haber un cojín. Sus piernas deben estar totalmente separadas y levemente dobladas, para que los genitales estén bien expuestos y el masaje pueda darse con facilidad.
Por su parte, el hombre deberá sentarse entre las piernas de la mujer, con sus piernas cruzadas o -si se puede- en posición de loto. Antes de iniciar el masaje es recomendable que ambos hagan unas sesiones de respiración profunda, lo que generará una mayor disposición. La respiración no debe olvidarse nunca, ni siquiera en los momentos de mayor placer. Cuando ella se olvide de hacerlo, su compañero debe recordárselo suave y sutilmente.
El masaje del yoni no debe comenzar de entrada, sino que primero se deben acariciar otras partes del cuerpo como las piernas, las ingles, los pechos, el vientre, e irse acercando poco a poco al Templo Sagrado, para que ella se vaya acostumbrando a la idea de ser acariciada y vaya asimilando el placer que irá en aumento paulatinamente.
Después, se aplicará un aceite o lubricante especial para el acto sexual en el montículo del yoni conocido como Monte de Venus. Así, el aceite cubrirá toda la parte externa del yoni, y alcanzará los labios mayores, lo que potenciará las sensaciones de la mujer y calentará la zona.
Ahora sí se procede al masaje, el cual debe iniciar en la zona del Monte de Venus y los labios mayores, el masaje debe ser lento y suave, no hay que apurarse ni provocar fuerte presión, hay que recordar que lo más importante es el placer que se irá sintiendo, poco a poco.
Luego, con el dedo índice y el pulgar, el hombre debe sostener delicadamente el labio mayor o exterior y apretar, mientras se desliza a lo largo de ambos labios. Con calma, se procede de la misma forma con los labios menores, y se toma el tiempo que se desee.
Mientras sucede esto, la mujer puede acariciar sus propios pechos o simplemente puede disfrutar de lo que está ocurriendo sin olvidarse de respirar profundamente. Es importante que se intercambien miradas lo más posible, y que conversen poco, mejor sensualmente. Ella incluso puede indicarle a él, como le gusta que la acaricie y como se siente mejor.
Seguidamente, y con delicadeza se acaricia el clítoris de forma circular y siguiendo las agujas del reloj, luego en el otro sentido. Con el índice y el pulgar se presiona el clítoris suavemente, ante este estímulo la mujer se excitará bastante, por lo que hay que tranquilizarla y hacer que recuerde respirar profundamente.
A continuación, y con mucho cuidado, se introduce el dedo del centro de la mano derecha en el yoni. El uso de la mano derecha es importante, pues así se cuida la polaridad enérgica que indica el Tantra (la mano derecha es la más masculina). Con este dedo se explora el interior del yoni, cambiando de velocidad, de presión y de dirección. La palma de la mano debe estar direccionada y presionando un poco hacia arriba, mover el dedo que está adentro hacia la palma; esto alcanzará el punto G (punto sagrado), y la mujer sentirá gran placer. También puede introducirse el dedo anular y seguir con el masaje, mientras con el pulgar se estimula suavemente el clítoris, esto provocará gran satisfacción.
Si la mujer está dispuesta se puede ir al siguiente nivel, e introducir el dedo meñique de la mano derecha en el ano con ayuda de un lubricante. Eso sí, una vez que esto se ha hecho este dedo no debe introducirse en la vagina. Según el Tantra, esta postura equivale a sostener los misterios del universo en la mano. 
La mano izquierda puede ayudar a estimular el clítoris o los pechos de la mujer. No se recomienda que el hombre se toque a sí mismo, pues perderá la concentración. Es importante mantener el ritmo de la respiración (tanto él como ella), mirarse constantemente a los ojos, y tener paciencia para disfrutar totalmente del momento.
Si en algún momento, la mujer se pone a llorar, no hay que preocuparse, es totalmente normal, pues sus emociones están siendo alteradas, y un efecto lógico de la tranquilidad, o el gran placer que siente pueden ser las lágrimas. Eso sí, es importante asegurarse de que lo está disfrutando, pues sólo así el masaje cumplirá su objetivo.
También es posible, que ella tenga uno o varios orgasmos. En tal caso, se requiere que ella recupere el ritmo de la respiración, pero se puede continuar con el masaje si ella lo desea. Muchas mujeres desarrollan la capacidad multiorgásmica gracias a estas prácticas tántricas.
Una vez que ella ya no desea más masaje, el hombre debe detenerse suavemente, y respetuosamente retirar su mano del yoni. Ahora es momento para disfrutar de las reminiscencias del masaje. Pueden abrazarse y descansar muy cerca. Esto unirá mucho a la pareja.
Una vez relajados los dos podrán optar por dejarlo o continuar con una relación más sexual.

Ignasi Tebé

11 comentarios:

  1. Gracias. Me encanta el respeto, la sensualidad y la suavidad con la que se trata al Yoni en estas prácticas. Hay que atraer esto a nuestras vidas sexuales, para sanar y trascender.

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  2. Es atraer el amor, el respeto y la honra al bello sexo de la mujer, sintiéndote un instrumento para proporcionarle el placer y la sanación que ella, tu diosa, precise.

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  3. ¿Y que pasa si la práctica la realizan dos mujeres? ¿Por qué solo se contempla el sexo heterosexual? Me parece una buena práctica pero sin duda este texto es otra muestra del machismo y la heteronormalidad que sigue primando en nuestra sociedad.

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    1. Coño Ele, pues que la practiquen. El texto está escrito como si se tratase de una pareja heterosexual por la simple y llana razón de que es el tipo de pareja más común. Es que es buscarle las tres patas al gato...

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    2. Cuando leía el cometario de Ele magic mahoney pese las mismas palabras que tú.

      Hay gente que siempre está a la defensiva.
      No sé que es lo que no pueden hacer de lo que he leído una pareja homosexual...

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    3. bien creo que puede integrarse a las costumbres, la posibilidad mas amplia. es solo eso ....
      por qué no intergar a la personas como ele en la forma de referirnos?

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  4. Ele, la práctica la pueden realizar dos mujeres, siempre y cuando la que ofrece el masaje adopte una actitud dadora, masculina,... y la que lo recibe una actitud receptora femenina, de lo contrario podrá ser un masaje muy placentero, pero no actuará tanto en profundidad. Este tipo de masajes tántricos no solo son una cuestión de tacto, sino también de intercambio de energías Ying y Yang. Si deseas hacérselo a una mujer, usa sobre todo tu mano derecha, la más masculina y actúa como dadora.
    Gracias por tu comentario y crítica, soy hétero y se me nota demasiado, pero comprendo y amo la homosexualidad.

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    1. No estoy de acuerdo... no creo que a una pareja de lesbianas le relaje que su pareja adopte una postura masculina. Por las misma razón que a ti no te debe gustar que tu pareja adopte una postura varonil.
      Y respecto al Yin y el Yang (que por cierto, no es Ying)creo que los conceptos dar y recibir ya son bastante opuestos y complementarios.

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    2. Hola videos dtspain...supones muchas cosas...te recomiendo que leas a David Deida, y te ilustres sobre las polariodades y su armonía dinámica en la pareja...Cuando hablas de que no le gusta que su pareja adopte una postura varonil, te estas refiriendo a ti..no es cierto?...un saludo cariñoso

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    3. David Deida en su libro "Comunión Intima" explica muy bien la unión del masculino y el femenino. Para mi fué el autor que me lo aclaró de forma definitiva, y otro libro que me encantó es "Cómo encontrar a dios a través del sexo" un gran descubrimiento. Gracias

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  5. Gracias por lo del Yin (lapsus).
    El tantra se fundamenta en el intercambio de energías Yin (receptiva) y Yang (dadora), a esto me refiero. Por descontado el masaje, solo masaje, es muy placentero, haga quien lo haga y lo reciba quien lo reciba. O sea que a probarlo y disfrutarlo (con un poco de ventilador o aire acondicionado para refrescarse del calor de este verano).
    Para hacer este masaje en verano, hay aceites de masaje refrescantes.

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