De todos los más bellos masajes que se puedan dar y recibir, los masajes
tántricos tienen, sin lugar a dudas, el poder de hacernos sentir el placer por
excelencia, no sólo en la piel y el sexo, sino también en el corazón y el alma.
Los auténticos
masajes tántricos se dan con total presencia y consciencia, el alma es quien
guía el masaje y las manos sencillamente se dedican a sentir, a irradiar y ser
guiadas; por todo ello pueden llevarnos a sentir, sanar, liberar y gozar sin
límites, más allá del placer físico, abriéndonos al éxtasis.
El que da el
masaje pondrá consciencia en este momento sagrado y se dejará llevar,
conectando con su lado Yang sublime, abriéndose a sentir la Honra, el Respeto,
la Admiración, la Adoración por el cuerpo y el Ser al que va a dar el masaje.
El que lo recibe, a su vez, conectado con su polaridad Yin, gozará de poder
soltarse, reconectando con la Confianza y la Libertad interiores, y así, rendirse,
entregarse sin máscaras ni corazas de ninguna clase, permitirse sentir
vulnerable, abrirse a gozar y a vivir el masaje en toda su plenitud.
Algunos
ingredientes especiales en los masajes tántricos:
- Preparar los cuerpos de ambos mediante una
ducha o baño relajante, conectar con
las emociones a través de la
meditación y sincronizar nuestras almas a
través de las distintas formas de respirar, miradas, caricias y abrazos que nos
enseña el Tantra.
- Crear un espacio
adecuado, un lugar y un tiempo para gozarlo, buscando la comodidad para
ambos (camilla, mesa, fouton, cojines, toallas…), aromas (incienso, flores…),
sabores (chocolate, frutas, vino, miel…), colores (luz, velas, cortinas,
pareo…), música, aceites…
- Para conectar los cuerpos
y las emociones de ambos, hay que poner intención en las manos que dan, qué
queremos expresar con ellas: ternura, comprensión, seguridad, firmeza, pasión…
sentir en estas manos el cuerpo y los sentimientos del que está recibiendo, saber
escuchar sus sonidos, suspiros, gemidos… el feedback que nos está dando, para
así poder empezar a sentir la magia que estamos creando.
- Las manos dadoras manifestarán siempre las dos energías: la masculina, firme,
segura, apasionada, decidida, fuerte… y la femenina, sensual, intuitiva,
cariñosa, tierna… la combinación adecuada de ambas energías es muy poderosa.
- Conocer bien algunas formas
de tocar, acariciar, presionar, arañar… las distintas partes del cuerpo
será de gran ayuda; según el momento, la intención, la actitud… podemos
transmitir sensaciones increíblemente placenteras,
sanadoras y liberadoras. Las zonas
más sensibles (cara interior de los brazos, piernas, axilas, ingles,
costados…), las más poderosas (cara,
orejas, ojos, cuello, nuca, manos, pies, espalda, riñones, nalgas…) y las más sexuales (pechos, pezones, perineo,
genitales, ano…) deberán ser tratadas, según el momento, con toda la atención e
intuición que se merecen.
- Si lo que queremos es dar un masaje erótico sexual, la forma de tocar, acariciar y estimular los
genitales femeninos (Yoni) y
masculinos (Lingam) en el Tantra, es
muy hermosa y, además de las actitudes básicas, proporciona una serie de
técnicas adecuadas para incrementar la energía sexual, repartirla por todo el
cuerpo, aprender a retrasar el orgasmo, ayudar a conseguir la multiorgasmia
masculina… y, en especial, llevar al receptor del masaje al éxtasis del cuerpo
y del alma.
Este fragmento de
relato podría ser un buen ejemplo:
“Me encanta
hacerte sentir la pasión que despiertas en mi, juego con mis dedos caminado por
tus costillas, acariciando tus vértebras
desde la primera hasta la última, presionando sobre aquellos puntos, en tus
nalgas, que te hacen sentir tanto alivio… suspiras con fuerza, te estás
liberando de la presión y el estrés, tu ritmo cambia, siento dentro de ti crecer
la libertad, pongo el dedo medio de mi mano derecha sobre tu coxis,
acariciándolo suavemente y mi otra mano jugando, rozando y subiendo por tu
espalda, la nuca, la cabeza varias veces… siento la danza emergente de la energía
en tu interior; tras unos minutos, empiezo a sentir tus convulsiones de placer,
aumentando a cada instante y veo cómo te arqueas y, exhalando un grito, tu
cuerpo se estremece, de abajo hacia arriba… me encanta ver cómo lo gozas, lo
siento en mi cuerpo, con plenitud, respirando… siguiendo tu proceso, escuchando
tus lágrimas...”
En Sex Academy se
hacen clases colectivas o particulares de masajes tántricos; si lo deseas, pide
más información.
No hay comentarios:
Publicar un comentario